«El padre Miguel Vargas representa para Petate oportunidad, visión, carisma. Una oportunidad de mostrarte un Cristo humano», así recuerda Magali Mendoza, en nombre del grupo Cáritas del Dulce Nombre de Jesús, al párroco de la parroquia Petare.
El pasado 15 de abril este sacerdote perdió la batalla contra la COVID-19. Al día siguiente los sacerdotes salesianos Luigi Verdecchia en la Arquidiócesis de Caracas y Bruno Masiero en la Arquidiócesis de Valencia, fallecieron por la misma causa.
La Conferencia Episcopal Venezolana emitió un comunicado este viernes, 16 de abril, en el que detalló que desde la llegada del COVID-19 al país, en marzo de 2020, hasta abril de 2021, han contabilizado 201 contagiados y 24 fallecidos, entre los 2.002 sacerdotes presentes en Venezuela.
«La cifra de los contagiados representa el 10% del total del clero venezolano, mientras que los fallecidos a causa del virus retratan el 11,9% de los contagiados, y el 1,2% del total de presbíteros en el país. Los más recientes han sido el Pbro. Miguel Vargas de la Arquidiócesis de Caracas, fallecido el 15 de abril de 2021», dicen en el texto de la CEV.
Por las cifras, Mons. José Trinidad Fernández, Obispo auxiliar de Caracas y Secretario General de la CEV, expresó que “la vida de la Iglesia no se detiene”, refiriéndose a que la misión continúa y la atención espiritual y social ha procurado continuar, tomando en consideración las medidas respectivas, especialmente la distancia, la desinfección y el uso de tapabocas.
Indicó que la Iglesia anima, acompaña y asiste sacramentalmente a los fieles, siguiendo los mecanismos de bioseguridad según como cada diócesis los ha asumido y adaptado a su realidad, con protocolos y directrices específicos, de acuerdo al comportamiento del virus en cada región.
Afirmó que en los tiempos actuales “no estamos para llenar templos, sino para acompañar”.
Tristeza entre la feligresía
Este domingo, la parroquia Dulce Nombre de Jesús de Petare ofreció un servicio especial para recordar a su párroco. Unas 60 personas de grupos parroquiales acompañaron la despedida del cura de los petareños.
Al Padre Miguel la comunidad lo recuerda como un hombre involucrado en causas sociales, amable, visionario y colaborador más allá de la Iglesia.
Zona de Descarga, una iniciativa petareña, prestó su pantalla para transmitir algunos recuerdos del Padre Miguel en su comunidad.
«No le importó ni COVID-19 ni nada… Él siguió trabajando por su comunidad y por promover actividades para incentivar a los petareños». Jimmy Pérez, uno de los dirigentes de la organización petareña que ejecuta el CinePlatabanda.
El activista relató que uno de los últimos proyectos del sacerdote era trabajar en una proyección de los rostros de Petare para conectar con su parroquia.
«Pude ver al Padre Miguel trabajar hasta el último día. La casa parroquial se llenó de vida con su presencia porque había personas con cualquier necesidad y el Padre nunca dijo no puedo, sin tener la solución, buscaba la manera de ayudar y nos motivó a creer en la fe, en la paciencia, en la humildad», recordó Pérez.