Caracas.- Gerardo Villa necesita llegar rápidamente de Plaza Venezuela a Los Dos Caminos, pero un nuevo retraso en el Metro de Caracas hace que su día se torne oscuro y pesado. Lo más triste es que no entiende cómo el calor caraqueño logra colarse hasta el vagón del servicio subterráneo, que está parado en el andén con dirección a Palo Verde. “Es sofocante”, protesta.
Su mayor sorpresa surge cuando observa cómo de forma sistemática más de 10 mujeres sacan de sus morrales abanicos, carpetas o cualquier otro artilugio resistente que permita echarse un poco de aire para ventilarse mientras arriban a sus estaciones de destino. “Es increíble cómo la gente se adapta a estos espacios”, comenta a las personas que lo rodean.
Seguidamente, se acerca un vendedor ambulante que camina gritando: “abanicos a un dólar”, “compré su abanico a un dólar” y “abanicos a un dólar, Caracas”.
Este comerciante camina vagón tras vagón y ofrece una pequeña forma de ventilar los viajes de los más acalorados. Este producto, sin duda, se ha vuelto parte de la cotidianidad de quienes recurren al servicio del Metro de Caracas, que pueden adquirirlos sin moverse de su puesto.
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Sin embargo, ni los abanicos pueden lidiar con los problemas de ventilación dentro del servicio subterráneo, que en cada viaje lleva a más de uno sudando. “Lo preparada que viene la gente demuestra que esta situación no es ocasional”, le comenta la usuaria Andrea Granadillo a Villa.
Gerardo Villa reconoce que el servicio ha mejorado y se notan las inversiones en banquitos, puntos de carga para celulares y el cambio de algunas escaleras eléctricas, en Plaza Sucre y Bellas Artes, pero aún quedan aspectos importantes por atender, tales son los retrasos y las deficiencias del aire acondicionado.
Les falta mucho para mejorar
“Las mejoras son evidentes, pero aún falta mucho para ser el servicio que era antes, (…) lo uso con frecuencia y cada vez que me monto tiene un retraso o no encuentro un vagón con buen aire acondicionado. Siempre salgo sudado”, criticó.
Algunas personas consultadas por El Pitazo aseguraron que además de abanicos, los vendedores ambulantes comercializan otros rubros fuera de las chucherías tradicionales: condimentos alimenticios, audífonos y hasta «colitas», algo que inicialmente ocurría en el Ferrocarril que conecta Caracas con Charallave y Cúa.
“La buhonería se salió de control porque ahora venden hasta aliños y condimentos, sabroseador, pimiento y adobo. Lo más triste es que andan a sus anchas”, comentó otra usuaria que prefirió el anonimato.
Indican otros usuarios que el servicio se ve más limpio en sus espacios verdes y andenes, pero claman por la reparación oportuna de todos los aires acondicionados.
Tarjeta Suve también se usará para el MetroBus
El Metro de Caracas cambió, en septiembre, las tarjetas para acceder al servicio, lo que obligó a los usuarios a cancelar 30 bolívares para adquirir el nuevo plástico, que se caracteriza por tener tres colores: amarillo, azul y rojo, cada uno dedicado a una población específica: adultos mayores, estudiantes y público en general.
Este dispositivo es recargable en las casetas de los operadores y se puede usar en los diferentes servicios del sistema, Instituto de Ferrocarriles del Estado (IFE) y Metrobús, una medida que se ha aplicado de forma gradual.
Sin embargo, se espera que a partir del lunes 25 noviembre, el cobro de pasaje en las líneas de MetroBús sea exclusivamente a través del Sistema Único de Viaje Electrónico (SUVE), como ya se había impuesto en los otros servicios de transporte.
“Exhortamos a nuestros usuarios a tomar previsiones y adquirir la tarjeta en las estaciones del sistema subterráneo”, indicó el Metro de Caracas en su cuenta de Instagram.