Caracas.- La joven Mari Zapata no tenía grandes expectativas con su futuro hasta que se le presentó la oportunidad de confeccionar bolsas reciclables con el material que desechan de las vallas publicitarias. Con tan solo 17 años de edad ya tiene una formación como costurera y se visualiza siendo una de las mejores del país.
Zapata forma parte de un grupo de 20 mujeres de la comunidad de Artigas, al oeste de Caracas, así como de otras zonas populares de la capital, que se insertan al campo laboral a través del Equipo de Formación, Información y Publicaciones (EPIP) donde desarrollan un proyecto social que busca minimizar el impacto ambiental y generar trabajo para jóvenes y adultas sin oportunidades de crecer profesionalmente.
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«Yo solo pensaba en graduarme de bachiller y conseguir cualquier trabajo, pero cuando inicié en este proyecto nos dieron una formación personal que nos ayuda a crecer personalmente y vernos con planes a futuro. Ahora tengo expectativas de vida», comentó la joven.
En medio de las dificultades económicas para realizar una carrera universitaria no pensó en encontrar una opción que le permitiera generar conocimientos en algún oficio y también ingresos monetarios para mejorar su calidad de vida.

«Ahora estoy mentalizada en ir más allá y pensar en un futuro, no solo conformarme con un trabajo. Siento las ganas de hacer las cosas de manera apasionada», expresó Mari Zapata, quien tiene dos años conociendo el mundo de la confección a través de material reciclable.
Ver sus productos en la calle y comercializados por la red de ferreterías EPA la llena de orgullo y la hace creer que todo esfuerzo vale la pena cuando se hace con un propósito.
Bolsas que cuentan una historia
Thais Contreras, coordinadora del Equipo de Formación, Información y Publicaciones (EFIP), precisó que las bolsas cuentan la historia de mujeres en zonas populares de la ciudad que pueden ser madres cuidadoras o estudiantes que apuestan al emprendiendo como un oficio.
«Es importante la capacitación de mujeres para que aprendan un oficio como la costura, pero en una economía tan contraída como la nuestra también es fundamental el emprendimiento», precisó.
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Contreras explicó que desde la organización trabajan con un enfoque de educación popular y promueven una economía con valores solidarios que promuevan la colaboración y cooperación.
La empresa EPA trabajó de la mano con EFIP para elaborar «Bolsas con propósito», un proyecto que inició hace más de un año con el reciclaje de vallas publicitarias que serían desechadas, pero que finalmente llegaron a manos de mujeres que las convirtieron en bolsas ecológicas.
La iniciativa promueve la preservación y cuidado del medio ambiente, pero también incentiva a las mujeres venezolanas a emprender en un oficio que les permita generar ingresos y mejorar la calidad de vida de ellas y su núcleo familiar.
Un gran desafío
La periodista venezolana Valentina Quintero conoció de cerca la elaboración de las bolsas reciclables y habló del esfuerzo que representó para las mujeres confeccionar un producto con una materia prima que representó un gran desafío para ellas debido al gran tamaño de las vallas, el cual es de 300 metros aproximadamente.

«Cuando empezaron a limpiar las vallas y luego a coser, yo creo que como formación para ellas lo que queda es que puedes estar en el último estado de precariedad y del dolor, pero si consigues un pretexto, propósito y gente que te apoya, lo vas a lograr«, expresó Quintero.
La periodista hizo énfasis en el gran esfuerzo de las jóvenes por lograr el producto final. «Ahora cuando veas una valla vas a pensar en el otro uso que se le puede dar», agregó.
Anagabriela Cabañas, jefa de Iniciativa Comunitaria de EPA, destacó que durante un año logran recolectar aproximadamente 7 toneladas del material de las vallas que en otras oportunidades se convertía en desecho. En ese sentido, pensaron en generar fuentes de empleo para mujeres y en especial jovenes.
«Tener un artículo en la tienda es gratificante porque desde las empresas podemos hacer muchos proyectos sociales para contribuir por el país y trabajar con las comunidades más necesitadas», destacó Cabañas.
Recursos recaudados
El primer paso para ejecutar el proyecto fue a través del programa Ayudar Es Sencillo, mediante el cual los clientes de las tiendas en Caracas pudieron hacer voluntariamente sus aportes al momento de realizar sus compras, en el período de agosto a diciembre del 2023.
Durante ese tiempo, EFIP invirtió los recursos recaudados para la capacitación en el oficio de costura, la adquisición de máquinas y herramientas especiales para la confección de las bolsas con mujeres de la comunidad de Artigas.
Por su parte, EPA realizó el desmontaje y almacenaje de las vallas publicitarias desinstaladas en distintos puntos del país para su posterior entrega y dar inicio al proceso de producción que empieza con el lavado, secado, corte y finalmente confección de las bolsas.
En esta primera fase el producto será comercializado en tres tiendas de Caracas: San Martín, Los Ruices y Baruta. La bolsa ha sido diseñada en tres tamaños, grande, mediana y pequeña para darle al cliente opciones al momento de comprarla, según sus necesidades.