Caracas.- Gabriel Sarria, paciente del servicio de Nefrología del Hospital de Niños J.M de los Ríos, murió a sus 9 años de edad, el pasado 2 de octubre. Los esfuerzos de sus padres en trasladarlo desde el interior del país a Caracas para que recibiera atención médica no fueron suficientes para salvar su vida, en medio de la crisis sanitaria que enfrenta Venezuela.
Un día antes del fallecimiento de Gabriel Sarria se cumplieron cinco años y cuatro meses de la suspensión del Sistema de Procura de Órganos y Tejidos (Spot), una medida que duraría solo tres meses, de acuerdo con el anuncio del gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, se extendió y dejó a las personas con enfermedades renales sin la opción de recibir un trasplante de donante fallecido.
Al igual que en otros centros de salud del país, los pacientes del J.M. de los Ríos no cuentan con una alimentación adecuada, según la patología que tengan. Son los familiares quienes deben llevar la comida de sus niños, así como las medicinas e insumos que les pidan en el centro de salud, debido a la escasez de medicamentos, de acuerdo con Katherine Martínez, directora de la organización no gubernamental Prepara Familia.
Desde el momento en que los padres de Gabriel recibieron el diagnóstico de su hijo comenzaron con las consultas pediátricas en el estado Barinas, su región natal, pero no contaban con los especialistas necesarios para la atención del paciente. Por lo tanto, se vieron en la obligación de movilizarse con regularidad a la capital venezolana, desde hace un año, para que un médico nefrólogo llevara el caso y así mejorar la calidad de vida del niño.
Un centro de salud sin insumos
Los riñones de Gabriel Sarria eran más pequeños de lo normal. Por lo avanzada que ya estaba su patología debía iniciar un proceso de diálisis y, para ello, requería de un catéter. Sus padres lograron conseguirlo luego de solicitar varias ayudas económicas, pues en el centro de salud no lo había.
Tras la colocación del catéter el niño presentó complicaciones y falleció antes de entrar en diálisis en el J. M. de los Ríos, centro de salud donde tenía aproximadamente un mes hospitalizado, según explicó Katherine Martínez, en una entrevista vía telefónica con El Pitazo.
Con este fallecimiento se elevan a 10 los niños, niñas y adolescentes que han muerto en lo que va de 2022 y a 73, desde 2017, en el servicio de Nefrología de este hospital pediátrico. Muchos de ellos a la espera de un trasplante de riñón.
Katherine Martínez consideró que la salud del niño Sarria era más vulnerable por tener que movilizarse desde el interior del país para recibir atención médica. Además, sus padres no contaban con los recursos suficientes para cubrir los gastos de pasajes, comidas e insumos médicos.
«Podemos ver que ni siquiera tienen que pasar tantos años para el deterioro porque muchos niños no aguantan. Están al inicio de una enfermedad renal crónica y eso no puede ser una causa para que ellos mueran. Se debería brindar un abanico de opciones y darle todos los tratamientos, así no tendrían que fallecer», explicó Martínez.
Actualmente, son alrededor de 10 pacientes los que reciben atención en el servicio de Nefrología de este hospital, varios de ellos del interior del país, comentó Katherine Martínez.
Paralizado el programa de trasplante
El Sistema de Procura de Órganos y Tejidos (Spot) -suspendido desde 2017- está a cargo de la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene), ente adscrito al Ministerio de Salud, desde 2014.
Aunque son varias las organizaciones que piden la reactivación del Spot, la directora de Prepara Familia indicó que no será tan fácil hacerlo por tratarse de trasplantes, un procedimiento delicado que amerita buenos servicios básicos, además de la disponibilidad de ambulancias, laboratorios con todos los reactivos y, en general, el buen funcionamiento de los hospitales.
«Necesitamos inversión y políticas públicas en materia de salud. No podemos reactivar un programa de trasplante si no garantizamos todos los servicios y funcionamiento de los centros sanitarios», precisó.
Suministro insuficiente de inmunosupresores
Reymer Villamizar, director de Amigos Trasplantados de Venezuela, indicó que en el país continúa la entrega intermitente de inmunosupresores y otros tratamientos para pacientes renales. Además, aseguró que los medicamentos que han llegado en los últimos meses son provenientes de la India y tienen reporte de varios pacientes que han manifestado problemas, aparentemente por la poca eficacia de estas medicinas.
Comentó que debido a las presiones que han hecho con respecto a la dotación de medicinas, han recibido fármacos en los últimos dos meses, pero muchos de ellos vencidos desde el año 2021. Por lo tanto, rechazó que no se hiciera la entrega de esas medicinas anteriormente.
«El 2022 se está tornando como los años 2017 y 2019, cuando hubo una falta considerable de medicamentos e inmunosupresores. Eso representa un grave problema para quienes contamos con un trasplante de órgano. Eso atenta contra nuestra vida», sentenció Villamizar en entrevista con El Pitazo.
Entre 2015 y 2017 se contabilizaban aproximadamente 3.500 pacientes trasplantados, pero debido a la migración y el fallecimiento de muchos, quedan solo 2.100, de acuerdo con las cifras registradas por distintas organizaciones en el país, según explicó Reymer Villamizar.