Desde el 28 de junio la familia de Durkis Karina Hernández Briceño, de 37 años, vive en agonía. Ese día, ella salió de su casa, pero no regresó. Hasta ahora no hay rastros de su paradero y la angustia de sus parientes crece con cada hora que pasa. “Tengo el presentimiento de que ella está viva”, dice con ilusión su padre a El Pitazo, vía telefónica.
Durkis Karina Hernández Briceño vive en la torre 9 del urbanismo Mirador de Caiza, ubicado en la parroquia Las Brisas del municipio Cristóbal Rojas, estado Miranda, junto a su esposo y sus tres hijos de 14, 11 y 5 años. El mayor presenta trastorno del espectro autista avanzado.
El 28 de junio, a las 10:00 a.m., Durkis Karina salió de su residencia hacia el centro de Charallave a comprar una torta, ya que su esposo Luis Morón estaba de cumpleaños. En el trayecto se encontró con una vecina y juntas caminaron hacia la parada del Matadero de Las Brisas.; Luego cada quien siguió su camino.
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Al caer la noche sus parientes se preocuparon, ya que la mujer no volvió a casa. Durkis Karina no acostumbraba a pasar tantas horas fuera de su hogar. Sus padres, angustiados, viajaron desde el estado Táchira hasta El Mirador de Caiza y llegaron el domingo 30 de junio. Desde entonces están en la casa de su hija.
“Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Ocumare del Tuy llevan el caso, pero nosotros no sabemos nada; sólo nos dicen que están investigando; pensamos que puede ser por seguridad de mi hija; para evitar que haya una fuga de información», dijo José Hernández, padre de Durkis Karina.
Hernández reveló que su corazón de padre le dice que su hija está bien y regresará. «Ella no se fue de la casa y mucho menos dejó abandonados a sus hijos», expresó el 13 de agosto.
En el marco de las indagatorias, efectivos del Cicpc, junto a comisiones de la Brigada Canina K9, han recorrido el urbanismo y zonas aledañas. «La han buscado en el relleno sanitario La Bonanza, en los edificios abandonados del Mirador de Caiza, en las zonas boscosas y en el último lugar que registró su teléfono celular, pero no logran ubicarla», indicó Hernández.
Durkis Karina Hernández Briceño, quien es ingeniera de sistema, fue trabajadora de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES) en Catia. Actualmente se ganaba la vida vendiendo pastillas anticonceptivas. Sus familiares agradecen cualquier información, comunicarse con ellos a través de los números telefónicos: 04161432979 / 04147380542/ 04120141699.
“Si alguien tiene a mi hija en cautiverio, le pido que la libere, porque ella no es una mujer mala y tiene tres niños que la esperan”, suplicó Hernández.