Caracas.- Sonaba el reloj del rectorado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) a las 2:00 p.m. y el jubilado Wilmer Medina, de 61 años, ya se había tomado 10 pastillas de diclofenac potásico para calmar el dolor en su abdomen y espalda.
“Me están fregando los riñones”, dice Medina sobre su situación, mientras está recostado en su colchoneta verde y trata de aguantar el malestar.
Este hombre de 61 años es uno de los ocho jubilados de Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa) que se unió a una huelga de hambre para exigir el pago del fondo de pensiones.
Sin embargo, el malestar provocado por su situación renal y el hecho de orinar con sangre lo llevó a retirarse de la protesta. Ahora son siete de sus compañeros quienes se mantienen sin ingerir ningún alimento desde las 9:00 a.m. del martes, 26 de septiembre.
Estos 7 jubilados ya tienen más de 72 horas en huelga de hambre en la plaza cubierta de la Universidad Central de Venezuela. Hasta ahora ningún representante de Pdvsa se ha acercado.
“Es triste que personas de más de 60 años estemos reclamando de esta manera porque el patrono se hace de la vista gorda y oídos sordos”, expresa a El Pitazo Marlon Bermúdez, otro de los jubilados y huelguistas.
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“Hay un fondo de pensiones que fue auditado y arrojó que nos debían 2.707 millones de dólares para repartirlos entre 37.500 jubilados y a esta fecha no lo han hecho”, denunció Bermúdez.
Los huelguistas exigen que se les aumente el pago mensual del fondo de pensiones, un dinero que fueron reuniendo a través de pequeños aportes salariales con el fin de tener recursos adicionales cuando llegara su jubilación.
De esos fondos les cancelan 120 dólares mensuales, pero los expetroleros reclaman que el monto sea elevado a 300 dólares porque, según sus cálculos, deberían abonarles 660 dólares.
Bermúdez denunció que las discusiones sobre estos recursos se realizan con la Asociación de Jubilados de la Industria Petrolera, Petroquímica y Carbonífera (AJIP) que, a su juicio, no los representa porque está al servicio del patrono y no de sus agremiados.
“En cada reunión le dicen que no hay dinero y esa asociación lo acepta. No pelea ni discute. Esa es la razón por la cual estamos aquí. Nosotros estábamos representados por AJIP, pero al ver que no nos da respuesta, en más de siete años, tomamos esta acción”, señala el extrabajador de Pdvsa.
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Una reacción
“Nosotros no estamos aquí porque queremos, toda reacción tuvo una acción antes. Esta es la reacción a la mala gestión de esa institución y de la mala voluntad de Pdvsa”, dice el huelguista.
Bermúdez tiene 59 años y cuestiona el rol que desempeñaron dentro Pdvsa, después de 30 años o más de servicio, y las consecuencias que eso trajo en sus núcleos familiares.
“Casi no vimos crecer a nuestros hijos por estar trabajando y cuando nos dimos cuenta ya estaban hombres y mujeres; después de todo ese esfuerzo y sacrificio nos tratan como desecho”, repudia el extrabajador, que fue jubilado en contra de su voluntad.
El huelguista confiesa que su retiro fue adelantado porque manejaba mucha información. Una de sus preocupaciones más grandes en estos momentos es su hija de 17 años.
Bermúdez explica que, según los acuerdos, si fallece, el dinero del fondo de pensiones le quedaría a la madre de sus hijos, pero, en su caso, no sería así porque su esposa falleció hace dos años.
“Si fallece el trabajador de Pdvsa, ellos reparten el dinero única y exclusivamente si deja un hijo menor de edad o con discapacidad. Mi niña menor cumple 18 años el 8 de marzo de 2024, el Día de la Mujer. Es decir, mi plata se pierde y todo mi dinero se lo queda Pdvsa”, expresa el jubilado, que dedicó 30 años de su vida a esta compañía.
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Por esa razón, calificó de macabro que no modifiquen ese artículo de los estatutos sobre el fondo de pensiones.
Unos ahorros esfumados
“Ellos (Pdvsa) se apoderaron de un dinero que es nuestro, que fuimos ahorrando en el transcurso de nuestra vida para que cuando llegáramos a este tiempo tuviéramos una vida digna”, sentencia.
Este huelguista recalcó que el grupo de 7 personas representa a más de 30.000 jubilados de Pdvsa que no pueden acompañarlos porque tienen patologías que les dificultan exponerse a una situación tan difícil como la que ellos decidieron asumir.
Bermúdez es acompañado en esta protesta por Julio Blanco (61), Eduardo Sivira (57), Wilfredo Molina (65), Joel Lanoi (62), Juan Pablo Chacón (66) y Rodolfo Hernández, alias «Fito» (67).
“Lo que a nosotros nos pase es responsabilidad de Pdvsa, de su mala directiva, de la gestión de AJIP por habernos obligado, presionado e incitado a tomar esta decisión”, añadió cuando tenían 30 horas sin ingerir ningún tipo de alimento.
Asimismo, llamó al defensor del Pueblo, Alfredo Ruiz, y al fiscal general, Tarek William Saab, a escuchar sus reclamos porque no son guarimberos ni se asocian para delinquir.
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“Exigimos que se nos pague nuestro fondo de pensiones, que se nos asigne una buena clínica, donde nos atiendan, y no nos manden para la casa a morir, como le ha pasado a una cantidad de compañeros”, agregó.
Bermúdez destaca que su dinero no está relacionado con la producción de Pdvsa sino con recursos que mensualmente trabajadores y patrono depositaron en una cuenta destinada al fondo de pensiones.
“Nos sentimos humillados por la empresa a la que le dimos toda nuestra vida”, puntualiza el extrabajador de Pdvsa.
Otro de los huelguistas, Julio Blanco, señala que a las 2:20 p.m. de este viernes, 29 de septiembre, ninguna autoridad se les ha acercado a conversar de sus demandas: el incremento del pago mensual que reciben por el fondo de pensiones, un sistema de salud que pueda atender las patologías que los aquejan y bolsas de alimentación que cubran sus necesidades nutricionales.
“72 horas sin ingerir alimentos no es fácil y no se lo deseo a nadie, pero, como lo hacemos por convicción, no solo yo sino también los seis compañeros que me acompañan, que estamos aquí para pelear por nuestros derechos”, acota Blanco.
Recalca que el jubilado Rodolfo Hernández tiene un dolor en el pecho y, por ello, solicitan apoyo médico para que lo evalúe y así definir si continúa en la huelga.