Maiquetía.- Gisela Castillo viajaba a Porlamar la tarde del 8 de marzo. Iba con sus dos hijos y su madre. A pesar de haber llegado con las horas de anticipación al vuelo y cumplir con todos los pasos reglamentarios, pasadas ya 24 horas del tiempo en que estaba pautada su salida, aún aguarda en la terminal nacional de Maiquetía, sin tener claro, a ciencia cierta, donde pasara la noche.
Rubén Martínez lleva ya 10 horas en Maiquetía. Espera tomar su vuelo a Puerto Ordaz. Su familia y él no habían podido almorzar o tomar agua en ese tiempo de espera. Tampoco han podido llamar a nadie, pues no tienen batería en los equipos celulares. Salen a tomar aire por turnos, para no perder el espacio en el piso de la terminal, donde teme que pasará la noche de este 9 de marzo.
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Melesio Albarrán va para Guayaquil. Desde el 8 de marzo espera respuesta de la aerolínea para saber qué hacer. Llegó desde Acarigua, sin mucho efectivo y sin familiares cercanos que le ofrezcan un lugar donde aguardar. Por eso permanece sentado sobre el piso del Cruz Diez, donde no se ha hecho ni una foto, ahorrando la batería del celular que lo mantiene conectado con el mundo.
Castillo, Martínez y Albarrán tienen algo en común: la incertidumbre. Esa sensación que atraviesan los usuarios del Aeropuerto de Maiquetía con vuelos programados entre este 7 y 9 de marzo, cuando Venezuela registra un gran apagón nacional.
«Muchos no nos vamos con la esperanza de que llegue la luz y se retomen las operaciones. Los vuelos han salido pero con mucho retraso, especialmente los nacionales», explicó Martínez.
En un recorrido realizado este sábado 9 de marzo (a las 5 pm aproximadamente), por los mostradores de las aerolíneas nacionales, El Pitazo confirmó que muchas de las aerolíneas realizan chequeo manual, pero los vuelos tienen retrasos de más de 20 horas.
«En lo que nos dan luz verde chequeamos vuelos, pero es por orden y estamos sacando vuelos nacionales que quedaron rezagados desde el viernes», cuenta un empleado de Avior, que no deseó ser identificado.
En cuanto a las áreas de tránsito y de embarque, la mayoría se encuentran en penumbras. Personal de Maiquetía recorre las instalaciones y responden algunas dudas a los pasajeros. «Las plantas de energía eléctrica funcionan, pero el apagón se ha extendido por mucho tiempo», dice un empleado del Instituto Aeropuerto de Maiquetía a una señora que se queja de la oscuridad en los sanitarios.
En cuanto a las operaciones, las plantas auxiliares han servido para mantener operativa la torre de control, el sistema de radio ayudas y una sola correa del carrusel de equipajes, que prenden y apagan.
«Pasar todo un día sin poder comprar nada, porque no hay punto, no hay efectivo, ningún local está operativo en el aeropuerto. Es muy loco. Afuera por el estacionamiento hay gente vendiendo empanadas en un dólar o en euros. Los que esperamos para salir del país hemos tenido que recurrir a estos vendedores ambulantes para no morir de hambre», refiere Albarrán.
Dentro del clima de dudas y malestar, los pasajeros a vuelos nacionales la han tenido más fácil que los que tenían programado salir del país.
«Este sábado hay aerolíneas que se han ido sin pasajeros, por el tema de la revisión de seguridad, que ni se ha podido hacer para cumplir con los protocolos de vuelos internacionales», explica un empleado de una empresa externa que presta servicio a una aerolínea internacional.