Caracas.– Atender los problemas del agua potable y mostrar algunas soluciones que les han funcionado a algunas comunidades venezolanas fue la razón que propició el foro de Gestión Comunitaria del Agua, una actividad organizada por el Grupo Social Cesap.
La actividad fue realizada en San José del Ávila, en Caracas, donde participaron expertos en área hídrica, representantes de organizaciones internacionales y representantes locales que han tenido respuesta exitosas a la deficiencia de agua.
La presidenta del Grupo Social Cesap, Diana Vegas, destacó que a través de 9.995 encuestas en 12 municipios del país se reveló que 75 % de los consultados se encuentra insatisfecho con el servicio.
Vegas señaló que el tema del agua es un asunto sensible y ese encuentro permitió apreciar cómo a través del compromiso, las alianzas y la organización las comunidades pueden ser parte de la respuesta para atender esta problemática.
Manuel Gómez, director de Acción Campesina, una de las iniciativas que lleva el Grupo Social Cesap, señaló que las soluciones de hídricas se aplicaron en 21 municipios del país; que se traducen en 62 acueductos rurales o periurbanos para favorecer a unas 21.000 familias, lo que es igual a 82.000 personas.
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Algunos de los casos presentados fueron el acueducto rural de Salgado, en el estado Miranda, la acumulación de agua de lluvia en la Unidad Educativa General Rafael Urdaneta en El Hatillo, el proyecto lata de agua y la Asociación Gente del Agua de Carabalí, en Barquisimeto, entre otros.
El miembro de Acción Campesina y directivo del Grupo Social Cesap indicó que las soluciones de agua aplicadas van desde rehabilitación de acueductos o de pozos, reparación o construcción de tanques de almacenamiento, entre otras.
A su vez, aseguró que la gratuidad del agua es un mito porque los venezolanos pagan 5 dólares por cada metro cúbico de agua, que es lo mismo que cancelan los habitantes en San Francisco, en Estados Unidos.
El agua con un enfoque Unicef
David Simón Martos, el jefe de agua, saneamientos e higiene de Unicef Venezuela, aseguró que las experiencias presentadas en el foro son valiosas y deben ser compartidas hacia otras organizaciones pero con un enfoque en los niños, quienes son los más vulnerables.
Martos recalcó que no es suficiente con recibir agua por grifería porque se ha demostrado que lo que más ayuda a reducir la diarrea en los niños de cinco años es lavarse las manos con jabón de manera correcta y tratar el agua en los puntos de consumo, es decir, en los hogares.
“Tener el tobo bien tapado, que cuando tome agua el vaso esté limpio, que no meta la mano en el agua -almacenada-. Eso tiene más impacto en la diarrea que tener acceso a agua en la casa”, sentenció.
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Según él representante de Unicef, se ha evidenciado que cuando un sistema es irregular se tiene que almacenar agua, algo que sucede en la mayoría de las ciudades del país, por ello, se debe aprender a hacerlo de forma correcta porque en este punto también se puede contaminar.
“En las comunidades más vulnerables, donde más implicaciones tiene la diarrea para los niños más pequeños, la defecación al aire libre es una práctica que más genera enfermedades diarreicas”, advirtió.
Por su parte, Yamel Pérez, coordinadora de Proyectos y Nuevas alianzas del PNUD en Venezuela, destacó que aunque Venezuela cuenta con una legislación y política adecuada de recursos hídricos en el país no todos los organismos competentes la emplean a cabalidad.
“En un país que tiene capacidades limitadas en todos los niveles la mejor manera de salir adelante es conversar, articularse y la ley lo prevé. Está bien escrito, pero no articulado”, dijo Pérez.
Finalmente, Pérez añadió que el país se enfrenta a varios desafíos como la falta de fondos destinados a resolver los problemas hídricos, la necesidad de planificación en la creación de cuencas y reactivación de las estructuras que están previstas en la ley.