Caracas.- Gregori Odlanier Amondarai Acosta no frecuentaba la pasarela donde murió el lunes 4 de enero, pero ese día había decidido tomarla como atajo para ir a casa de un amigo a llevarle unos medicamentos que necesitaba. En el instante que la transitaba, las losas del puente que unen San Agustín con Parque Central se desmoronaron: el joven de 28 años de edad cayó a la autopista Francisco Fajardo y sufrió fractura de cráneo con politraumatismo severo, lo que le ocasionó la muerte minutos después del suceso.
Mientras aguardaba la entrega del cadáver de su hijo, Leonel Amondarai, padre de Gregori, contó a El Pitazo que el joven era magister en administración de empresas, no tenía hijos y ambos pasaban sus ratos libres dirigiendo una escuela de fútbol para niños de San Agustín, lugar donde residía junto a su mamá. Era su único hijo.
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“El 31 de diciembre lo vi solo un rato, porque soy funcionario policial y ese día estaba de guardia. Pasó el día haciendo y vendiendo pan de jamón con su mamá. Nos despedimos con risas, como siempre. Fue un gran deportista, hijo, hermano. Nunca pensamos que esta fuera la muerte de una persona buena”, dijo el papá.
Junto a Gregori, de la pasarela cayeron también Ana Cindy Graterol (32), ama de casa, sufrió fractura abierta de tibia y peroné; Sindy Victoria Díaz Ascanio (19), funcionaria de Polimiranda, se fracturó el pubis; mientras que Yaneilin Alexander Brito Istúriz (28), sufrió fractura de cadera y pie izquierdo.
Solo una señora barría el puente
José Luis Pérez lleva 20 años atendiendo una zapatería que está al pie de la pasarela destruida. Aseguró que durante el tiempo que lleva ejerciendo su oficio solo ha visto a una señora barrer la pasarela.
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“Yo no tengo que pedir nada a las autoridades porque Dios es el que se va a encargar; más bien pido misericordia por ellos, porque desde hace años la comunidad advirtió que ese puente podía caerse”, denunció.
El comerciante relató la experiencia que se vivió en el lugar durante los minutos en que la estructura colapsó. Gente que corría, gritos y miedo fue lo que describió.
“Vi como las columnas se abrieron como si una mujer fuera a parir; cayeron las losas, y la gente, y estas mismas columnas se volvieron a cerrar. Cuando veo a la gente corriendo me quito el tapabocas y arranqué a correr yo también para la autopista y veo cuatro personas caídas. El muchacho estaba desmayado, dos muchachas en el medio y una en la esquina. En ese momento los guardias me ayudaron y se metieron conmigo a la autopista; les dijimos que no se movieran. Los polinacionales hicieron un trabajo bellísimo, me ayudaron a parar los carros porque no querían detenerse, querían pasar por encima de las personas. Llamaron a cuatro ambulancias, atendieron a los muchachos y se los llevaron. Ahí no hubo explosión; ya se tenía tiempo avisando que el puente se iba a caer. Me da mucha pena con la familia del muchacho, yo hice todo lo posible”, fue el relato del zapatero a El Pitazo.
Durante la mañana de este 5 de enero, en el lugar de los hechos se encontraba un grupo de ingenieros del Ministerio de Transporte. Hacían una fijación fotográfica del lugar de los hechos. También había un grupo de no menos 10 hombres armados, pero de civil, que custodiaban la zona y se identificaron como funcionarios policiales.
Decenas de vecinos han acudido al lugar de los hechos para ver lo sucedido. Un pedazo de concreto con un alambre amarrado es la única barrera que hay; sin embargo, siguen caminando transeúntes por debajo de esta pasarela.