Caracas.- “Si son camaradas deben entender que las decisiones no se discuten”, esa fue la afirmación que Rodbexa Poleo, secretaria general de la Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela (Jpsuv), hizo a los voceros de los 92 estudiantes universitarios que se encontraban en la residencia estudiantil Livia Gouverneur de Plaza Venezuela, el lunes 20 de julio, cuando les informó que debían desalojar el edificio porque serían alojados allí pacientes con COVID-19.
Luego del encuentro vespertino con los voceros de los nueve pisos se corrió la voz: los 92 jóvenes en el sitio y los 308 que se encuentran en sus casas, muchas de ellas en el interior del país, tenían tres días para desalojar esta edificación que desde el 24 de febrero de 2013 fue inaugurada entre vitoreos del Gobierno como una casa para albergar a estudiantes de todas las universidades públicas en Caracas.
Amenazados con ser acusados de “bioterrorismo” si se negaban a desalojar, este martes 21 de julio varios de los jóvenes recogieron sus cosas en bolsos y cestas y, desde tempranas horas, cargaron camiones y carros para salir del sitio. Sin embargo, quienes no tenían a donde ir se negaron a abandonar el edificio y colgaron una pancarta en la entrada en la que se lee: “No al desalojo estudiantil, respetemos el legado de Chávez”.
Un estudiante que prefirió no identificarse contó a El Pitazo que la única opción que les dieron los funcionarios de la Jpsuv y del Instituto Nacional de la Juventud fue enviarlos en autobuses que los llevarían hasta las entidades de las que provienen. Sin embargo, aseguró que nunca les hablaron de la posibilidad de que al terminar la pandemia volvieran a los espacios de la residencia.
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“Nos dicen que nos darán transporte para llegar a las casas y unas bolsitas de comida, pero nosotros no podemos aceptar solo eso. Aquí hay gente que realmente no tiene a dónde ir, que tiene a su familia fuera del país, o que no tiene familia. Gente que vive sola en esta ciudad”, aclaró el joven.
Además, explicó que habían logrado hace mes y medio restituir el internet y que los jóvenes que permanecían en la residencia estaban viendo clases en línea y poniéndose al día con sus estudios.
La situación era de tensa calma hasta este martes, cuando luego de la 1:00 pm y de una reunión extensa entre el viceministro de Educación Superior y los voceros de la residencia, la secretaria general de la Jpsuv volvió al sitio acompañada de presuntos colectivos que se apostaron en la entrada del antiguo edificio Los Andes.
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Charly Olivo, uno de los voceros de la residencia, indicó a El Pitazo que el ofrecimiento de los funcionarios fue el de meter todas las pertenencias que no pudieran llevar en los buses y las de los compañeros que no están en sus cuartos en un depósito hasta que pudieran retirarlas cuando acabe la pandemia.
“Nunca nos dijeron si al terminar la pandemia podremos volver aquí o qué van a hacer con nosotros. No nos dan alternativas y nosotros no creemos en ellos”, indicó el joven.
Olivo aseguró que este miércoles debe estar vacío el edificio y negó que lo estén cediendo voluntariamente, como circula en las redes sociales a través de mensajes difundidos por el propio César Trómpiz, ministro de Educación Superior.
“Al final hicieron lo que nunca hubiese querido Chávez, echarnos como perros. Ellos acabaron con el sueño”, dijo una estudiante al salir de la residencia cargada de bolsas y cajas.