A los múltiples problemas que enfrentan a diario los habitantes de los Valles del Tuy, sobre todo con la falla de los servicios de agua y luz, se suma la escasez de gas doméstico, que se ha agudizado en los últimos cinco meses.
Comunidades enteras están con sus bombonas vacías, mientras la capacidad de respuesta de los centros de distribución y llenado se queda corta ante la demanda.
Zulay Contreras tiene 60 años. Vive sola en un apartamento en la urbanización Araguita de Ocumare del Tuy, estado Miranda, y la falta de gas la obligó a buscar alternativas para cocinar.
“Con dos bloques, una bandeja y una plancha para parrilla hice una especie de fogón con leña, como en la era primitiva, para preparar mis alimentos”, comentó.
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Contreras tiene conocimientos en seguridad industrial y sabe los riesgos que corre al tener una especie de brasero dentro de un apartamento. “Cuando cocino no dejo el fogón solo ni un instante y abro todas las ventanas de mi cocina, que afortunadamente es ventilada”, explicó.
La ama de casa también cuenta con una cocina eléctrica que utiliza para calentar la comida, pero cuando se trata de preparar los alimentos, recurre a su fogón. “Además, muchas veces hay cortes eléctricos y de no ser por el fogón me quedo sin comer. No me resigno a vivir pasando trabajo, pero le salgo al paso a cada vicisitud en tiempos de resistencia”.
Al igual que ocurre en Araguita, urbanismos como Mata de Coco, Valle Alto y Casa Blanca en Ocumare del Tuy, el barrio 12 de Marzo en Santa Teresa y la parroquia Las Brisas en el municipio Cristóbal Rojas, se han visto afectadas con la falta de gas.
A diario, los vecinos acuden a las puertas de los centros de distribución y llenado a la espera de que salgan los camiones para intentar comprar una bombona, sin embargo, pocas veces corren con esa suerte.