Caracas.– Elena Tseluiko es una rusa de 40 años que trabaja como guía turística en Venezuela desde hace casi 2 años. Uno de sus destinos favoritos es Petare, de los barrios más grades de Caracas, que se extiende por kilómetros a lo largo y ancho con numerosas escaleras estrechas e inclinadas.
La extranjera conoció a un venezolano en Rusia. El encuentro la llevó por América Latina. «El primer día que vine a Caracas, mi esposo me preguntó: ‘¿A dónde vamos, a la playa?’. Yo le respondí: ‘No, llévame a Petare’«, contó riendo en una entrevista con BBC Mundo.
«Él me preguntó por qué ir a Petare… Yo ya vi playas, vi montañas, vi todo eso en mi vida. Pero nunca un barrio», continuó.
Venezuela y Egipto promueven el turismo cultural con programa museológico
Luego de haber vivido cuatro años en Rusia, Elena y su esposo decidieron mudarse a Venezuela después de la pandemia. Tras crearse una cuenta de Instagram y blogs en los que publicaba fotos y anécdotas en ruso de sus viajes por el país, ella consideró que sería una buena idea montar su propio negocio para difundir el turismo y mostrar lo bonito del país.
«Yo ofrezco viajes a los lugares más emblemáticos de Venezuela: a Canaima, el Delta del Orinoco, el relámpago del Catatumbo, Los Roques, Morrocoy. Lo más popular, actualmente, aparte de Margarita, son las excursiones a Caracas y de ellas el recorrido de Petare, lo más llamativo«, comentó Tseluiko al medio británico.
Una pareja de turistas que visitó Petare desde Vólogda aseguró que en Rusia no hay nada que se le parezca, describiendo las casas coloridas, una encima de la otra, como algo impresionante. «Nunca he visto nada así. He visitado 36 o 37 países y Venezuela me ha dejado impresionada», expresó Elena Kopeikina a BBC Mundo.
Asimismo, aunque la extranjera se queja de la poca frecuencia y fiabilidad de los vuelos hacia y desde Venezuela, prefiere -al igual que los visitantes rusos- no hablar de política ni de la situación económica del país.
Lee el reportaje de BBC Mundo aquí