Caracas.- La autopista Francisco Fajardo, ahora llamada Gran Mariscal de Ayacucho, estuvo cerrada más de 13 horas para que el chavismo pudiera movilizarse el 29 de febrero. Sus adeptos y trabajadores de la Administración pública se congregaron para escuchar un discurso de 48 minutos del mandatario Nicolás Maduro. El acto conmemoraba los 20 años de la declaratoria antiimperialista del desaparecido Hugo Chávez contra Estados Unidos, presidido entonces por George Bush.
Los accesos de la autopista, que atraviesa y conecta a toda Caracas de este a oeste, fueron cerrados desde las 9:00 p.m. del miércoles 28 de febrero. El oficialismo se concentró a la altura del Jardín Botánico, en Caracas.
Cientos de autobuses llegaron a la capital desde varios estados del país. Mientras los caraqueños vivieron un caos para trasladarse a sus sitios de trabajo, centros de estudio o citas médicas.
“Esto es increíble. ¿No pudieron ser un poquito más inteligentes y tomar una vía que no afectara tanto?”, se preguntó la conductora Victoria Santaella, mientras discutía furiosa con los funcionarios de seguridad que se negaban a darle acceso por la calle Mohedano para conectar con la Francisco Fajardo, también trancada por la marcha roja.
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Santaella recuerda con desagrado su paso por el centro de la ciudad. Buscar a su hijo en la escuela fue una odisea, en la cual invirtió dos horas debido a las trancas que provocó la búsqueda de avenidas alternas.
Para esta movilización fueron convocados los adeptos al chavismo de, al menos, 12 estados del país: Zulia, Monagas, Bolívar, Amazonas, Apure, Portuguesa, Trujillo, Barinas, Anzoátegui, Sucre, Mérida, Miranda, entre otros.
La tranca caraqueña fue tan grande que los marchistas de Los Teques se vieron obligados a caminar por la autopista para llegar a los puntos de concentración, donde los esperaban.
“He caminado hoy, como no tienes idea”, era una de las frases que se escuchaba el jueves en Caracas.
Caracas llena de autobuses
El traslado de personas del interior fue de tal magnitud que los autobuses invadieron todos los alrededores de Plaza Venezuela, Chacaíto y Chacao, identificados con la etiqueta Furia Bolivariana. Esta situación generó más tráfico. En medio del caos, los conductores buscaban cómo llegar a sus destinos.
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Solo en este tramo había alrededor de 200 autobuses en espera de que la conmemoración chavista finalizara para regresarlos a sus destinos. Algunos conductores aseguraron que cada viaje para movilizar a los simpatizantes chavistas sale entre 600 y 700 dólares, dependiendo del destino.
La llegada de las personas del interior fue notoria, pues desde las 7:00 a.m. los alrededores de Sabana Grande amanecieron con ciudadanos arropados con sábanas que buscaban escapar del frío caraqueño.
El sol no dio tregua
El sol y la espera larga fueron los dos obstáculos más difíciles que debió enfrentar la trabajadora de la Comisión Nacional de Casinos, Carmen Pérez. Mientras llegaba el visto bueno para salir de Chacaíto, pasaron más de cinco horas, aunque la ruta de su movilización se encontraba totalmente despejada. El cansancio dejó huella en su rostro.
“Llegué a las 9:00 a.m., pero aún no sabemos a qué ahora vamos a salir de aquí”, dijo a las 12:30 p.m., mientras esperaba la orden para marchar desde la avenida José Martí, en Chacaíto, hasta el Jardín Botánico, donde Maduro daría un discurso.
La espera de la orden para salir hizo que los trabajadores de la Administración pública que acompañaban a Pérez se sentaran en todos los muros, escaleras y árboles en los alrededores de Chacaíto en busca de un fresquito y espacio libre del catire tropical.
Mientras el reloj avanzaba, algunos aprovechaban la hora de almuerzo para solicitar su refrigerio: sándwich de jamón y queso, un jugo de cajita, un durazno y un caramelo. Otros usaban el tiempo para ponerse al día con sus compañeros, firmar las listas de asistencia a la actividad y organizarse uno detrás de otro para marchar. Todo bajo los efectos de los 28° Celsius que se registraron en Caracas.
Aunque la convocatoria era conmemorativa, los animadores en la tarima de la plaza Brión aprovecharon para hacerle propaganda al candidato oficialista en las venideras elecciones presidenciales: Nicolás Maduro.