Los desafíos de ser madre en Venezuela no son nuevos, pero sin duda la pandemia y la aguda crisis económica del país han develado nuevas adversidades a las que nunca se habían enfrentado las venezolanas. Hoy, cuando se celebra el Día de las Madres, queremos recordar qué significa desempeñar este rol en tiempos difíciles

La pandemia lo cambió todo. Este domingo, 9 de mayo, por segunda vez se celebrará el Día de las Madres bajo los rigores impuestos por el coronavirus, que por ahora pareciera no tener fecha de caducidad en Venezuela. En medio de estos cambios, las madres cada día asumen una jornada retadora marcada por la crisis de un país y la letalidad de un virus.

Hay mujeres que mueren en el proceso de ser madres, hay unas que acaban de dar a luz, hay mujeres amamantando con mascarillas, otras con sus pequeños por la calle intentando que la realidad sea lo menos trágica posible, señoras mayores que ganaron la batalla al COVID-19 y otras que no cuentan con la compañía de sus hijos porque han decidido emigrar.

Las dramáticas cifras en Venezuela

Este escenario podría ser más dramático aún si se miran con lupa algunas cifras sobre la maternidad en Venezuela. Desde el año 2000 la tasa de mortalidad materna no ha dejado de subir. En un informe publicado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) del año pasado, se confirmó lo que el gobierno mantiene como secreto de Estado: el índice de muertes es superior al 32 % por encima de otros países de América. 

Según una crónica del portal Salud con Lupa, se estima que de cada 100 mil mujeres embarazadas o en alumbramiento, 400 mueran durante el proceso o después del parto.


Ser madre en estos tiempos es un acto de valentía. Indistintamente si trabajas desde casa o no, o si eres madre soltera o cuentas con el apoyo de tu pareja. El problema del transporte público, el tema de la escasez de gasolina, los niños en la casa, la inflación

Karina Monsalve, psicóloga clínico

El fenómeno de la migración de venezolanos, además de dejar a muchas madres con la casa vacía, también ha convertido a muchas abuelas en madres por segunda vez. La Organización venezolana Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap) alertó en 2019 que el número de niños y adolescentes «dejados atrás» por sus padres migrantes aumentó a 943.117 este año, lo que significa un incremento de 81.020 jóvenes con respecto a 2018. Según la investigación, los niños se quedan, en su mayoría, bajo la tutela de sus abuelos.

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Otra cifra que tampoco puede quedar por fuera es el de las madres que crían a sus hijos solas. Según el censo poblacional del año 2011 (el último realizado en Venezuela), 3,2 millones de progenitoras no tenían pareja. Es decir, son madres solteras. Aunque este dato pudo haber variado una década después, no hay cifras oficiales que hablen de un panorama diferente.

Esto se traduciría a que, en la actualidad, muchas madres se enfrentan solas a la innegable necesidad de compatibilizar la vida familiar y profesional, la convivencia en casa con el teletrabajo y la educación a distancia, o al miedo pandémico de salir a la calle desobedeciendo el confinamiento para llevar el sustento a sus hogares.

Al difícil escenario de la crisis se le suma la pandemia

Los desafíos de ser madre en Venezuela no son nuevos, pero sin duda la pandemia y la crisis económica del país han develado nuevas adversidades a las que nunca se habían expuesto las madres.

Para Ana Diez, madre venezolana de dos hijos, la pandemia lo cambió todo. «Esto es un escenario por el que nunca imaginé pasar. No solo por las medidas, como el confinamiento, sino por las consecuencias emocionales que esto trajo. Lo más duro es tratar de explicarle a mi hijo de cinco años por qué no puede salir a jugar con otros niños de su edad como lo hacía antes y manejar esa frustración», dijo.

La psicóloga venezolana Karina Monsalve explica que en los últimos años el rol de la maternidad ha sido sometido a múltiples cambios, pero los que han ocurrido durante los últimos 12 meses son especialmente desafiantes.


Según el censo poblacional del año 2011 (el último realizado en Venezuela), 3,2 millones de progenitoras no tenían pareja. Es decir, son madres solteras

Karina Monsalve, psicóloga clínico

«Cualquiera de las madres venezolanas, sin duda, ya se había enfrentado a la necesidad de dominar múltiples tareas por toda esta situación de crisis que atraviesa el país, pero en la actualidad, con la pandemia, todos estos roles se han intensificado«, explicó.

«Ser madre en estos tiempos es un acto de valentía. Indistintamente si trabajas desde casa o no, o si eres madre soltera o cuentas con el apoyo de tu pareja. El problema del transporte público, el tema de la escasez de gasolina, los niños en la casa, la inflación (…); todo esto complejiza la situación y se requiere de mayores destrezas y de mayores habilidades de esa madre para solventar todas las dificultades y momentos de tensión», indicó.

¿Cómo ser madre en tiempos de pandemia?

Para ser madre no hay un manual y tampoco lo hay para ser una madre en tiempos de pandemia. Aunque la realidad de cada mujer es diferente y está determinada por diversas circunstancias, Monsalve explica que lo más importante y básico es hacer una planificación de las tareas diarias sin ser altamente rigurosa, de manera de poder sortear cualquier imprevisto de último momento.

«En estos tiempos es fundamental la planificación -según las posibilidades de cada quien- para tratar de aliviar y manejar esos momentos de tensión en casa. Tener claras las tareas y actividades que debes hacer y el tiempo que destinarás a cada una de ellas es fundamental. Eso nos permite adaptarnos rápidamente a estas circunstancias, que nos exigen tener la atención dividida en muchas cosas», señaló.

La especialista también indica que es importante que las madres tengan un momento al día de esparcimiento o de disfrute para practicar alguna actividad que sea «una vía de escape al estrés generado por la pandemia».

«Dejar tiempo y espacio para el consentimiento de una misma, tiempo de disfrute, espacio de lectura, hacer ejercicio, ver televisión, meditar. Es importante tener un espacio donde cada madre pueda tener desahogo y compensación por el estrés que se vive a diario».

Monsalve además también recomienda delegar tareas dentro del hogar, manejando una comunicación efectiva. «Es importante delegar tareas dentro de nuestro entorno familiar o entre las personas que prestan apoyo para la crianza, sobre todo si eres una madre que trabaja».

Trabajar, llevar el control en casa, cuidar a la familia del contagio del COVID-19 y ser maestra de los hijos en el hogar son los grandes retos de las madres venezolanas en un país sumido en una crisis profunda.


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