Caracas.– Irían Ramírez de Mondragón es devota del Nazareno de San Pablo y cada año visita la Basílica de Santa Teresa, en la capital venezolana, para agradecer por los favores concedidos y para pedir por la salud de ella y sus seres queridos, pero en especial este año asegura que no pierde la fe de ver un país mejor, donde pueda vivir de otra forma.
Llena de nostalgia la señora Irían Ramírez lamentó que sus hijos se hayan ido del país porque no lograron tener una buena calidad de vida y la única opción que les quedó fue emigrar para subsistir y ayudar a los que quedaron en Venezuela.
Descalzos y con túnicas moradas: miles de fieles agradecen al Nazareno en Caracas
«Ya esto no se aguanta. Tenemos muchas personas pasando trabajo, incluso profesionales y eso da mucha tristeza. Muchos no tienen para comer ni comprarse medicamentos», expresó desde la Basílica Santa Teresa este Miércoles Santo cuando miles de devotos visitaron el templo para agradecer por los favores concedidos.
Desde la medianoche de este miércoles 27 de marzo los fieles al Nazareno de San Pablo llegaron a la Basílica de Santa Teresa con sus túnicas moradas, velas en mano y descalzos para cumplir con sus promesas. Lograron apreciar y venerar la imagen de Jesucristo en el Altar Mayor, donde se oficiaron 11 misas.

Las misas de este día son más que una tradición religiosa. Es un encuentro con la fe, un espacio para la reflexión y la esperanza. Un día en el que Caracas y también ciudadanos del interior del país, se unen en un mismo sentir: la devoción por el Nazareno.
Finalmente, la misa central se realizó a las 5:00 pm de este miércoles en la Plaza Diego Ibarra, al lado de la Basílica, y estuvo presidida por el Arzobispo metropolitano de Caracas, Cardenal Baltazar Porras.

Peticiones por la vida y la libertad
Entre los fieles que visitaron la Basílica de Santa Teresa este miércoles, se encontraba Josefina Bolívar, quien hace 10 años pidió al Nazareno que le concediera una hija, la cual no lograba concebir. De tanto anhelar, su deseo se logró y hoy día tiene una niña que lleva el nombre de Susej Nazaret, en honor a Jesucristo.
Esta madre prometió visitar la iglesia todos los años que tuviera vida y salud, en compañía de su pequeña. Es por ello que cada Miércoles Santo sale de su casa en La Guaira desde las 5:00 am para intentar escuchar la primera misa en la Basílica Santa Teresa. Sin embargo, en esta oportunidad llegó un poco más tarde.
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Antes de pedir por su hijo, visitaba este templo y pedía al Nazareno por la libertad de su hermano que se encontraba privado de libertad. A pesar de una condena logró salir de la cárcel. Esos favores concedidos hacen que Josefina aumente su fe por Jesús de Nazaret.
Carmen Sánchez es otra de las devotas del Nazareno. Tiene 70 años de edad y desde hace 14 años paga promesa. Aseguró que Jesucristo la ayudó a que su hijo saliera del mundo de las drogas en el que estaba sumergido.

Actualmente su hijo goza de salud y bienestar, por lo que su agradecimiento es indescriptible, según contó al equipo de El Pitazo. También agradece por la mejoría de su hijo con discapacidad, quien a pesar de sus limitaciones se mantiene con vida.
Así como Josefina y oojCarmen hay miles de fieles que aseguran no tener palabras para expresar lo que él Nazareno ha hecho por ellos. Es por eso que en este día adoran la imagen de Cristo, que lleva cruz a cuestas.
Recorrido por el centro de Caracas
La procesión salió desde la Basílica Santa Teresa y recorrió desde la esquina de Cruz Verde en dirección a la avenida Lecuna y tendrá como destino final la esquina de Angelitos. En este lugar, el Nazareno de San Pablo se encontró con las imágenes de la Virgen de la Dolorosa y el Nazareno de San Juan Bautista.

Al finalizar el encuentro, la imagen del Nazareno de San Pablo subió hasta la plaza O’ Leary y continuó hasta el Teatro Municipal, lugar donde se realizó una parada. Esta fue la primera casa donde vivió el Nazareno de San Pablo antes de ser destruida por el presidente Guzmán Blanco a finales del siglo XIX.
Finalmente la imagen del Nazareno llegó a la Plaza Diego Ibarra, donde cientos de devotos presentes esperaban para la misa central. Tras este acto conmemorativo, los peregrinos regresaron a la Basílica de Santa Teresa y Santa Ana en Caracas.
