La casa con fachada blanca y un número 19 pintado de rojo es objeto de decenas de comentarios por parte de vecinos y comerciantes de la calle Peñalver, en San Bernardino. Antes del 26 de febrero era otra quinta más, de esas que lucen abandonadas en esa urbanización caraqueña, pero se convirtió en el lugar “donde hallaron los huesos de la periodista desaparecida en 2016”.
Se trata de Kalinina Ortega, quien tenía 76 años cuando fue reportada como desaparecida. Vivía sola en su residencia, que llevaba por nombre Antonieta. Trabajó en el diario El Nacional y era conocida en el gremio periodístico como una mujer altruista, buena hermana y compañera de trabajo, interesada en cooperar con personas desposeídas cada vez que se le presentaba la oportunidad.
El 26 de febrero un perro que vive en la casa escarbó la parte trasera del patio y halló la osamenta de la periodista. Los restos fueron trasladados a la morgue de Bello Monte por funcionarios adscritos a la División contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
Los hermanos de la víctima esperaron hasta el 10 de marzo para recibir la noticia que les permitiría cerrar uno de los capítulos familiares más dolorosos: se confirmó a través de estudios antropológicos que los huesos encontrados en el patio de la casa eran de Kalinina Ortega.
La abogada de la familia, Ninoska Silva, aseguró que el cráneo de la víctima presentaba una fisura, ocasionada por un objeto contundente, que le causó la muerte. Fue sepultada sin zapatos y la ropa que llevaba puesta era de un sobrino. Las prendas se las prestó su hermana, ya que el día que fue vista por última vez, el 21 de septiembre de 2016, fue a bañarse a casa de su familiar porque no tenía agua.
Atando historias
Un vigilante que labora en la caseta de una urbanización adyacente a la casa de la periodista dijo a El Pitazo que el perro es propiedad de un hombre que cuida la casa, de nombre Efraín. “Un canino mediano, de color marrón, que se asoma de vez en cuando por la puerta principal”, dijo.
El perro escarbó debajo de una mata de mango, que se encuentra en el patio trasero de la quinta Antonieta. Allí estaban los restos.
En otra área de la casa permanece un hombre llamado Randy Dávila, que vivía en la residencia antes de que la reportera fuera asesinada. Es el hermano de una amiga de la periodista Gexsy Dávila, quien fue encargada de informar sobre la desaparición de la víctima.
Las versiones de la permanencia de Randy Dávila en la casa de la víctima, así como de la amistad de Kalinina con Gexsy Dávila, aún no han sido esclarecidas. Se dice que el hombre le haría unas reparaciones a la vivienda y luego se negó a abandonar el lugar. También se habla de que la periodista pretendía habilitar un espacio de su casa para atender a personas con problemas de adicciones y que este hombre sería uno de los ocupantes.
Sepultados restos de Kalinina
La semana pasada, hermanos y allegados sepultaron los restos de la periodista en el cementerio de La Güairita. Mientras, fiscales del Ministerio Público, a la orden del fiscal Regino Cova, continúan con las labores investigativas iniciadas el 1 de marzo por órdenes del fiscal general, Tarek William Saab, para esclarecer el crimen y hallar a los responsables.