Caracas.- Maurizio Pérez Mercado habla de Orión y se le ilumina el rostro. No describe ninguna constelación, aunque para él es una estrella. Orión era su perro, parte de su familia, el cachorro más débil de una camada de rottweiler y que acogió a pesar de no tener buen pronóstico.
Pérez Mercado, piloto de profesión y quien residió hasta diciembre de 1999 en la urbanización Cerro Grande, en Tanaguarena, en el este del estado Vargas, nunca imaginó que cuando fuese un adulto, ese perro sería un héroe. Tampoco que cuando casi se cumplen 25 años de su hazaña y de la tragedia que enlutó al litoral central venezolano, se le erigiría una estatua para recordar su acción noble y desinteresada.
«Orión era un ángel. Yo estoy convencido de eso. Tenía una energía particular. Su porte era imponente, pero no daba miedo. Los vecinos de Cerro Grande lo conocían. Mira todo el tiempo que ha pasado y fueron los mismos vecinos quienes impulsaron que la plaza Las Palmeras fuese un lugar para honrar a Orión y a los animales de compañía, que son parte de nuestra familia», refiere Pérez Marcano, parado al lado de la estatua de su perro, que desde la pasada semana es punto focal en el espacio público.
Fotogalería | Orión y Alfa: perros que salvaron vidas en la tragedia de Vargas
La pieza realizada por el artista Manuel Parada fue bautizada con el nombre de Orión, el perro héroe de Vargas. Se trata de una escultura que mide 2 metros y 50 centímetros de altura, elaborada con resina y fibra de vidrio, fijada en una base de roca, con relieves que muestran los rescates realizados por Orión en medio de la vaguada de 1999. Allí, según el registro oficial, el perro logró salvar a 37 personas.
Pérez Mercado explica que en un reencuentro con residentes de Cerro Grande surgió la idea de la escultura. «Le presentamos la idea al ministro de Ecosocialismo, Josué Lorca. Nos dio el visto bueno y se lograron los permisos con los Gobiernos municipal y regional para que la estatua esté en esta plaza y sirva como un tributo para recordar que en medio de tanto dolor, nuestro Orión sirvió de luz». Igualmente agradeció la sensibilidad del artista, quien quiso transferir a la pieza el mayor realismo posible.
El rescatista en Cerro Grande
La historia de Orión se hizo famosa tras la tragedia de Vargas en 1999. Orión y su pareja, Alfa, vivían con su familia humana, Maurizio Pérez Mercado; su esposa, Aída Touceda de Pérez, y sus hijos. En medio de la catástrofe natural, los Pérez Touceda quedaron atrapados en el techo de su casa. De allí los rescató un helicóptero, pero debieron dejar a sus perros.
A los pocos días, Maurizio Pérez volvió por ellos y encontró que su perro había ayudado a niños y adultos a cruzar el río. Las personas llevadas por la corriente solo tenían que sujetarse del cuello de Orión para que los trasladara a la orilla.
En el año 2000 la acción del can fue reconocida por las autoridades y la opinión pública nacional. «Orión recibió la medalla de honor por heroísmo que entregan los bomberos, fue designado como Hijo Ilustre de Vargas por la municipalidad y reconocido por organismos internacionales y nacionales. Pero lo más importante fue el respeto y amor de toda nuestra comunidad», recuerda Pérez Mercado.
Aunque en la tragedia de 1999, Orión y Alfa perdieron una camada de cinco cachorros, posteriormente tuvieron descendencia. Hoy los Pérez Touceda tienen a Zeus, un bisnieto de Orión, que los acompañó a la plaza Las Palmeras para develar la estatua.
Orión falleció el 1 de diciembre de 2008 por una gastroenteritis intestinal, pero su recuerdo y heroicidad lo mantienen vivo en la historia litoralense.