Caracas.- Tres casos recientes de acoso escolar en Venezuela encienden las alarmas en la población en cuanto a cómo actuar, qué se debe hacer y cómo identificar si un hijo es la víctima o el victimario.
La investigadora en la Red por los Derechos Humanos de los Niños, Niñas y Adolescentes (Redhnna), Angeyeimar Gil, explicó en una entrevista para El Pitazo, este 6 de mayo, que el acoso no es una conducta que aparezca de la nada, sino una construcción. «Y la familia tiene elementos para saber si los hijos pueden llegar a serlo», añadió.
Ante la viralización en redes sociales de una serie de videos en lo que se evidencia maltrato escolar, Gil aporta cuatro datos que te permitirán identificar si tu hijo es un acosador y cinco más para que sepas cómo ayudarlo. La recomendación fundamental es mantener una buena comunicación con él.
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Cuatro recomendaciones
1.- Es esencial saber cómo es la relación con sus pares. Si los juegos son consensuados o no.
2.- Conocer qué rol juega en el núcleo de amigos o amigas y si ha tenido algún inconveniente.
3.- Ser constantes en la relación con el colegio y sus docentes. Preguntar directamente a otros representantes cómo se la llevan sus hijos en común.
4.- Estar presente en algunos espacios de interacción.
De acuerdo con el blog Con mis hijos, es importante también que los padres estén atentos a determinadas conductas, tales como: quieren que hagan siempre su voluntad, les gusta probar la sensación de poder o viven bajo constante presión para obtener éxito en sus actividades.
¿Cómo ayudarlo?
1.- Hablar mucho con el niño o niña, educarlo con la palabra y con el ejemplo. Enseñarles a respetar y a exigir respeto sin agredir.
2.- Enseñarles sobre empatía y solidaridad.
3.- Hacerles entender y aceptar que no a todo el mundo le pueden caer bien y que eso no está mal.
4.- Enseñarles que un juego en el que hay alguien que se siente mal, se ofende y se entristece no es un juego, es una maldad y, por consiguiente, violencia.
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5.- Asimismo, instruirlos para que entiendan que todo lo que dicen y hacen impacta en el resto de las personas que están a su alrededor, por lo que los hace responsables y los obliga a evaluar lo que dicen y cómo lo dicen. Por supuesto, esto no tiene que llevar a censurar sus pensamientos o sentimientos.
Angeyeimar Gil, quien es además trabajadora social, alerta que si hay evidencia de que un hijo acosa y agrede a otras personas, se debe buscar ayuda profesional urgente.