Guarenas.- Nancy Fuentes, comerciante del casco central de Guarenas, en el estado Miranda, asegura que desde que se inició la cuarentena para prevenir los contagios del COVID-19 sus proveedores han disminuido.
A su juicio, la falta de gasolina y el encarecimiento de los productos, como consecuencia del alza del dólar, representan las principales dificultades para abastecerse de la mercancía que ofrece a sus clientes.
«Ahora vienen poquitos proveedores. No todos están trabajando. A esto se le suman los precios que cada vez vienen aumentados y uno igual tiene que pagarlos», explica.
Hace nueve años, la señora Nancy abrió un establecimiento comercial en el sector Pueblo Arriba de Guarenas. Aunque desde siempre se ha dedicado a la venta de alimentos y víveres, durante los últimos años mantiene la venta orientada a los productos más básicos como harina de maíz, arroz, pasta y aceite, entre otros. Como ella misma asegura, esos son los que la gente siempre compra.
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Otro de los problemas que le afecta es la reducción de horarios. Con el decreto de cuarentena, el horario de trabajo para los comerciantes guareneros se redujo a cuatro horas diarias: de 8:00 am a 12:00 pm.
«Cuando uno se pasa un poquito, enseguida pasan los policías diciendo ‘tiene que cerrar’. Hasta ahora no he tenido problema, porque si me lo dicen yo lo hago enseguida», narra.
La crisis económica y la de servicios públicos, en conjunto con la cuarentena social, han generado durante las últimas semanas episodios de disturbios y saqueos en otros estados del país, como Sucre y Bolívar.
Ante esta situación, la señora Nancy destaca que ese es uno de sus principales temores. «Eso es horroroso, porque el perjudicado es uno, no es solo el robo de la mercancía, sino también los destrozos», añade.
La comerciante considera que la situación para el sector pudiera mejorar una vez que sea levantada la cuarentena.