Caracas.- El domingo 5 de enero se elegiría a la directiva para el período legislativo 2020-2021 en la Asamblea Nacional, el último del quinquenio que comenzó en 2016. Partidos como Voluntad Popular y Acción Democrática hablaban de la reelección de Juan Guaidó, quien en enero de 2019 aseguró asumir las competencias del Poder Ejecutivo y planteó la ruta cese de usurpación, gobierno de transición y elecciones libres.
Pero mientras el presidente del Parlamento intentaba saltar la reja que bordea el Palacio Federal Legislativo y funcionarios de la Guardia Nacional impedían el paso de la prensa y diputados de oposición, el chavismo, sin verificación de quórum, nombró a Luis Parra, disidente de Primero Justicia, como líder de la AN.
Rafael Camargo es de Aragua, pero trabaja en Caracas, como ciudadano no solo rechaza la confrontación entre actores políticos, sino que insiste en la negociación. “Unos dicen una cosa y otros dice otra y nunca se llega a lo que deseamos que es vivir en paz. Sin acuerdo no puede haber solución. A la fuerza no se llegaría a nada”, dijo. Sobre la actuación de los cuerpos de seguridad del Estado, Rafael cree que fue así para evitar conflictos que generaran víctimas mortales.
Aunque el martes 7 de enero, día de la primera sesión ordinaria del año, se repitieron las escenas violentas. Guaidó y lo que aseguraron que era un grupo de 100 diputados enfrentaron a los militares para poder ingresar al Capitolio. Además, civiles afectos al partido de gobierno, conocidos como colectivos, atacaron a trabajadores de la prensa; para Rafael, si hay conflictos entre los actores políticos, los habrá entre ciudadanos.
Un Parlamento sin oposición
Para algunos, la solución es eliminar a la oposición venezolana. José Tinedo, de la parroquia Catedral, está seguro de que, si Hugo Chávez viviera, ya hubiera mandado a prisión a los líderes que se oponen a Nicolás Maduro.
“El presidente lo tiene que hacer es ponerse los pantalones y meter preso a Guaidó y a sus lacayos. La Asamblea Nacional está en desacato porque son unos corruptos”, dijo. Aunque insiste en la ilegitimidad del Parlamento venezolano, considera que los diputados chavistas deben seguir participando.
Ángel Veliz, habitante del 23 de Enero, coincide; sin embargo no cree que sea el Gobierno quien deba deshacerse de los diputados que apoyan a Guaidó: “Todo lo que hace la oposición en contra del pueblo lo hacen para ellos hundirse y van a desaparecer pronto. Lo que pasó seguirá mientras en el Parlamento esté la oposición”. Por eso aprueba que la Guardia Nacional impida la entrada al Capitolio.
Manifestar versus sobrevivir
Luego de que Juan Guaidó jurara como presidente encargado, convocó a la ciudadanía a manifestar en todos los estados del país los días jueves y viernes y a marchar el sábado 11 de enero. Alberto Istúriz, de la parroquia Candelaria, apoya las acciones de calle, pero cree que la crisis económica es prioridad para la mayoría de la gente y eso impide que la participación sea mayor.
En Petare, Édgar Ramírez expresó que manifestar es una forma de alzar la voz, pero rechazar las protestas que se convierten en enfrentamientos y destrucción de los espacios públicos. Sobre los diputados, asegura: “Todo el mundo quiere liderar, pero si ninguno se pone de acuerdo, pasa lo que está pasando”.