Caracas.-El desacuerdo ronda en torno a la medida de extensión por 30 días más del estado de alarma y la cuarentena anunciada este miércoles, 12 de mayo, por Nicolás Maduro. Para muchos ciudadanos la decisión no responde a los cuidados por el coronavirus, sino a la falta de gasolina.
Así lo demuestra una encuesta realizada a través de la cuenta en Twitter de @ElPitazoTV, en donde 68,1% de 2.091 personas aseguraron que la razón por la que fue extendida la cuarentena fue la falta de gasolina. Otro 28,5% refirió que se trata de una estrategia para el control social y solo 3,3% consideran que el coronavirus si fue la causa de la medida.
Los testimonios de caraqueños en las calles dan cuenta del mismo sentir, pues muchos consideran que una flexibilización del distanciamiento social y la medida de quedarse en casa aligeraría la situación económica que atraviesan muchos venezolanos en este momento, sin poder trabajar y comprar comida para sus familias.
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Muchos ciudadanos incluso tildan de “absurda” la decisión, en tanto hay algunas flexibilizaciones los domingos, o días especiales como el de las madres que pueden aplicarse al resto de la semana para garantizar el trabajo.
“Es totalmente absurda esta extensión porque si los niños tienen permiso para salir un domingo entonces, ¿ese domingo no hay contagios, pero los demás días si? Si la mayoría de las personas salimos a comprar comida tomando nuestras previsiones lo podemos seguir haciendo, se pueden reactivar las actividades por lo menos medio día”, opina a El Pitazo Ana Karina Vitalis, vecina de Petare.
Para esta ciudadana la nueva extensión no es por el COVID-19 es por la falta de combustible. “Esa es la realidad de Venezuela, pero quién está cada vez más afectado es el venezolano de a pie”, dijo.
Entretanto, el llamado de Nicolás Maduro a “mantener la disciplina”, parece no ser escuchado en zonas populares de la ciudad, donde desde aproximadamente hace dos semanas se ha podido verificar el cumulo de personas en las calles haciendo compras o vendiendo cualquier tipo de alimentos e incluso maquillaje o ropa.
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Veronica Malavé, vecina de el Hatillo, lo reafirma con su testimonio. Ella asegura que las medidas de distanciamiento se fueron aflojando de forma tácita entre los caraqueños. “La cuarentena es algo que sólo se ha cumplido de manera extrema en parte del este de Caracas (Chacao, Baruta y El Hatillo), sobre todo en zonas de clase media, porque en sectores populares el aislamiento no ha sido tal. Poco a poco fueron flexibilizando la medida y me consta porque lo he presenciado en zonas populares como Gavilán, Sisipa, Sabana Grande y el casco de Baruta donde los negocios ya abren bajo el estilo de “a puerta cerrada” porque sencillamente la gente tiene que comer y sobrevivir. Simple sobrevivencia en un país como este de hambre y pobreza”, refiere.
Malavé incluso se atreve a decir que esa flexibilización no autorizada condiciona y pone en riesgo aún más a los vendedores en mercados populares del este que deben ofrecer sus productos a escondidas y corren riesgo de ser detenidos, cosa que a su juicio no ocurre en otros municipios de Caracas como Libertador o Sucre donde “el aislamiento prácticamente no existe”.
Para Malavé: “la cuarentena hoy en Venezuela es una medida de control político y social de la población y esta tercera fase se decreta además por la inexistencia de gasolina. En este momento ni los bachaqueros de gasolina tienen para vender, y la que hay la reservan los militares para sus negocios particulares y la reventa que ya ubica la gasolina hasta en $5 por litro”.
Otro problema planteado por los caraqueños, sobre todo los que viven en sectores aisladas, es el del transporte. Quienes residen en zonas como Mariche, Petare o Sabaneta y Turgua, en El Hatillo, aseguran que conseguir comida para pasar la cuarentena en casa es mucho más complejo pues en la zona no hay muchos comercios con precios accesibles y se ven obligados a caminar durante kilómetros, exponiéndose aún más al virus.
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Raúl Betancourt, de El Hatillo, explica que en sectores como Sabaneta y Turgua se han visto obligados a salir a trabajar y generar ingresos para comprar alimentos. Asegura que los residentes de esta zona sufren a causa de la falta de transporte, que ya era grave antes de la cuarentena, y que les impide salir de la comunidad a comprar alimentos a menor costo.
La situación no es distinta al oeste de Caracas, en sectores como La Vega o El Cementerio, donde los vecinos comentan que el distanciamiento social no existe, menos en estas últimas semanas donde los habitantes de Caracas recorren una a una las bombas de gasolina para poder abastecerse y hacen largas colas durante toda la noche y parte de la mañana.
Esa ha sido la experiencia vivida por el señor Arich Romero de La Vega. Explica que “En las bombas de gasolina es un montón de gente y muchos no usan el tapabocas. En las barriadas como Caricuao, La Vega, Macarao, San Martín y El Silencio la gente anda en busca de comida y no hay distancia ni nada entre ellos. Eso es lo que yo veo en mis recorridos en moto”, cuenta.