Caracas.- Ecologistas y defensores de los derechos humanos protestaron este lunes 22 de abril en el marco del Día Mundial del Agua en la avenida principal de Las Mercedes en contra del proyecto del Arco Minero del Orinoco (AMO) iniciado en febrero de 2016, luego de que Nicolás Maduro decretara que los 111.843 kilómetros cuadrados –más grande que el territorio de Cuba-, ubicados al sur del río Orinoco como “zona de desarrollo estratégico nacional”. La idea ya había sido asomada por Hugo Chávez en 2011.
Claudia Rodríguez, miembro de Las Piloneras, aseguró que la extracción de oro, diamante y coltán en el estado Bolívar afecta el aire, las aguas y tierras de todo el país. “Además, ¿cuál es el mensaje de eso? ¿vinimos a la Tierra para destruirla? Yo no quiero vivir así. No quiero que mi paso por el planeta sea así”, dijo. Refirió que, como ciudadana, tiene derecho de exigirle al Estado que se tomen medidas que generen el menor impacto posible sobre el medioambiente.
Durante más de una hora de protesta, organizaciones como Laboratorio Ciudadano de No Violencia Activa, Provea, Provita, Dale Letra y el Sindicato Nacional de Empleados Públicos del Instituto Nacional de Parques (Sunep-Inparques) gritaron consignas para denunciar las políticas promovidas por el chavismo. Algunas de ellas acusaban a funcionarios de corrupción y genocidio: “El pueblo originario no ha sido consultado y por la minería está siendo masacrado”, “la gente lo dice y tiene razón, el amo es miseria y destrucción”, “no es por ataque, ni por sequía, aquí no hay agua es por guiso y minería”.
Marlene Sifontes, representante sindical, aseguró que las autoridades de Inparques no consideran el impacto ambiental de los proyectos respaldados por el gobierno; también, consideró que el AMO es consecuencia de la improvisación y está acabando con las reservas minerales del país. “Queremos que las próximas generaciones disfruten de la biodiversidad venezolana, por eso le decimos que no al arco minero. De nuestra defensa depende la preservación de la fauna y la vida de los venezolanos”.
De acuerdo a un análisis de imágenes satelitales realizado por la Nasa, la extensión de bosques deforestados entre 2001 y 2014 es de 1.058 kilómetros cuadrados, lo que equivale a 141.000 canchas de fútbol de 110 por 75 metros –medidas oficiales de la Fifa-.
Mientras algunos cantaban y sostenían pancartas, dos manifestantes usaban máscaras de animales. Uno tenía una que asemejaba la cara de una vaca y halaba del cuello, por un mecate, a otro que usaba una para imitar a un cerdo. “Con un gobierno que persigue al que protesta, preferimos presentarnos con una nueva cara, porque, además, así nos sentimos, como animales”, expresó uno de ellos.
Aunque para los caraqueños el Orinoco suena como algo lejano, para Ángel Zambrano, del Laboratorio Ciudadano de No Violencia Activa, debería ser un tema de interés para todos los ciudadanos. “Se están destruyendo las fuentes de aguas nuestras por sacar oro. Es algo inconcebible que estén destruyendo nuestros espacios”, manifestó y afirmó que los daños ocasionados son irreparables.
Ángel recordó que el acceso al agua es un derecho humano declarado en 2010 por la Organización de las Naciones Unidas. Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula 100 litros de agua al día por persona para garantizar condiciones óptimas de higiene, los activistas, según sus estimaciones, utilizan y consumen menos de 30.