Caracas.- La venezolana Bárbara Palacios, Miss Universo 1986, confesó en una entrevista con la animadora Viviana Gibelli para la plataforma de videos Youtube, los momentos difíciles por los que pasó en un hogar violento. Narró que entre los 16 y 17 años de su vida le pedía a Dios que se la llevara porque no quería vivir debido a traumas.
«Había pasado muchos traumas, todos disfuncionales, producto de las situaciones familiares y muy trágicas por las cuales pasé», relató Palacios a la vez que comentó que posteriormente pensó dos posibilidades que ella veía en esa época: uno, seguir pidiéndole a Dios que se la llevara y lo segundo, salir adelante con fuerza.
La también presentadora de televisión, dijo que decidió seguir adelante y fue cuando entendió que Dios no le iba a cumplir ese deseo que tenía en momentos de sufrimiento y que comprendió que él esperaba que ella reconociera que le había dado una vida con un propósito y que ella debía descubrirlo para sanar. «Nunca necesité ayuda, afortunadamente fui una niña resiliente«.
«A los 17 años comenzó mi proceso de sanación, no fue completado en meses, pasaron años, ya en el Miss Universo pasaron cinco años, ya yo estaba muy formada y lista, no te creas, con los años también aparecen situaciones que tienes que ir afinando, por ejemplo, fragilidad emocional y falta de confianza«, detalló Bárbara Palacios.
Llegó a la conclusión que esos problemas del pasado que no se terminan de limar o sanar, terminan afectando en el futuro, muchas veces, sin saberlo, por lo que aseguró que aún después de haber ganado el Miss Universo, había situaciones que seguía arrastrando de su infancia y adolescencia que no le daban tranquilidad y tuvo que trabajar en eso. «No hay familia perfecta, pero sí hay familia sana o disfuncional», aseveró la también publicista.
Llegó al Miss Venezuela de la mano de Osmel Sousa
En la misma entrevista con Viviana Gibelli, la Miss Universo 1986 recordó cómo fue que ella llegó a participar en el Miss Venezuela, pues afirmó que nunca se interesó en el tema de la belleza porque considera que una mujer no se define por su aspecto físico. Sin embargo, fue el mismo Osmel Sousa, expresidente del certamen venezolano, quien insistió en que ella fuera una de las concursantes. El Zar de la belleza la persiguió durante cinco años hasta que ella aceptó.
Desde que tenía 12 años de edad, Osmel le había dicho que ella sería una miss y luego de que se graduó de bachiller la llamaba constantemente para lograr que participara. Ambos se conocían bien porque la madre de Bárbara era amiga de Sousa y ella incluso le decía tío. «No, tío Osmel, yo nunca seré Miss Venezuela«, le contestaba, según contó la misma Palacios.
Quien finalmente la convenció de que participara en el certamen de belleza fue su jefe en una empresa de publicidad en la que trabajaba para aquel entonces, quien le hizo ver que por esa vía podía ayudar a otras mujeres a visibilizar sus problemas y llevar por el mundo campañas en pro de las chicas. La decisión la tomó en una semana.
Relató que sus exigencias para entrar al concurso fueron: que no le cambiaran el color de cabello ni aparecer en revistas en traje de baño sino hasta la última noche.
Bárbara Palacios vive actualmente en Estados Unidos junto a su esposo e hijos y cuenta con varios libros sobre motivación.