Caracas.- Corrían los prometedores días de 1981. Venezuela comenzaba a modernizarse, cuando Irene Sáez significó una alegría más y como pocas para los venezolanos: se convirtió en la segunda criolla en alcanzar la corona del Miss Universo.
En ese momento, las calles de todo el país de inmediato se llenaron de celebración. Todos aplaudían la conquista de una compatriota. Las caravanas recorrieron todas las ciudades, al tiempo que los cielos se iluminaban bajo los efectos de los fuegos artificiales. En cada hogar se celebraba su triunfo como propio.
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Han transcurrido 40 años de aquel momento, pero el recuerdo de aquella joven de 1,80 de estatura, lanzando un beso al cielo y sosteniendo la corona del certamen sobre su ondulada cabellera rubia, quedó clavado en el imaginario de un país completo. Irene Sáez se convirtió en todo un fenómeno que llenó los centimetrajes de los periódicos nacionales e internacionales.
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Tras su coronación, Irene Sáez regresó al país desde Nueva York. A su llegada, la nueva soberana fue recibida en un multitudianrio acto que fue transmitido en todo el país. Aunque no fue recibida por el presidente Luis Herrera Campíns, días después se hizo una sesión solemne en el Concejo Municipal de Caracas para condecorarla. Irene Sáez, acompañada por el mandatario nacional, recorrió las calles del centro de la ciudad para saludar a las miles de personas que se habían concentrado en los alrededores.
Luego de su reinado, que es considerado uno de los más prestigiosos y uno de los que dejó mayores ganancias a la Organización Miss Universo, regresó al país. El fenómeno continuó por años, Irene Sáez participó en el desfile de los Juegos Panamericanos de 1983 y hasta su figura se inmortalizó en una muñeca Barbie de la reconocida marca Mattel.
«La muñeca Irene permitió que la empresa Matell de Venezuela no cerrara sus puertas y cientos de trabajadores hombres y, en su mayoría, mujeres salvaran sus puestos de trabajo», escribió la propia Irene Sáez en su cuenta de Instagram para recordar aquel momento.
Pero las ambiciones de Irene Sáez no quedaron solamente en ser una reconocida figura de belleza. La rubia cursó Estudios Políticos y Administrativos en la Universidad Central de Venezuela (UCV), luego de abandonar dos años de la carrera en Ingeniería Civil. Además, hizo una maestría en Gerencia Municipal en la Universidad Santa María.
En el año 1992, Irene Sáez se convierte en la primera alcaldesa del municipio Chacao. «Encabezó una gestión moderna que respondía al sísmico proceso de descentralización administrativa«, detalla el portal Runrun.es. Logró avances en materia de seguridad con la Policía de Chacao y la autonomía en materia de asistencial con la creación de Salud Chacao, cuando para ese momento la jurisdicción ni siquiera contaba con un ambulatorio.
En 1998, participó en las elecciones presidenciales y se midió con Hugo Chávez Frías, pero solamente obtuvo el 3 % de los votos. Para la contienda electoral fundó su propio partido llamado Irene (Integración y Renovación Nueva Esperanza). Su campaña se basó en acabar con la corrupción, la burocracia y refinanciar la deuda pública. En 1999, se lanzó a la Gobernación de Nueva Esparta y, aunque ganó con el 70 % de los votos, a los pocos meses renunció.
Actualmente, Irene Sáez está alejada del brillo de los concursos de belleza y también del agitado mundo de la política venezolana. Lleva una vida más tranquila y discreta, junto a su hijo, Eduardo José Briceño Sáez.
En los registros más recientes de su perfil personal en Instagram, se puede ver que aún conserva la belleza y la frescura que la caracterizó en sus años de juventud.