Este martes a las 6:00 pm, en Trasnocho Cultural, proyectarán Des conocidas, escrita por Mónica Montañés y dirigida por Luis Fernández. La autora habló sobre este cortometraje autobiográfico, un relato desde la migración, que ha ganado ocho premios
En diciembre del 2017, Mónica Montañés llegó de visita a Madrid. Su hija Alejandra estudiaba actuación en la capital española. Pero lo que se suponía una estancia limitada, se convirtió en un asentamiento, por ahora, permanente. Ella sintió el llamado del migrante, el mismo que a su vez tocó la piel de sus abuelas, una francesa y la otra española.
Cinco años después, la escritora, dramaturga y periodista no pasa desapercibida en la escena cultural madrileña. Gracias a Des conocidas, un cortometraje escrito por ella, con las actuaciones de Verónica Oddó, Nina Rancel y Mimí Lazo, más la dirección de Luis Fernández, logra el reconocimiento y el enamoramiento de sus seguidores, a quienes se les puede decir, como el título de la telenovela escrita por Montañés, Voltea pa’ que te enamores.
Des conocidas, la historia autobiográfica de Mónica Montañés, acumula ocho premios en festivales en España, Italia, Australia, Alemania, EE. UU., Francia, India y Canadá, palmarés logrado como un reconocimiento a lo experimental del cortometraje, a la producción, la dirección y a la actriz principal, entre otros.
El cortometraje será proyectado este martes a las 6:00 pm en Trasnocho Cultural. Al culminar, habrá un cine-foro con Mónica Montañés, Luis Fernández, Mimí Lazo y Verónica Oddó, quienes se conectarán vía Zoom.
Conversación íntima
Antes de seguir, déjenme introducir una experiencia personal que puede sonar como echonería. Advierto a la envidia, que claro que lo es.
A Mónica, con su nombre de pila y sin su apellido que huele a hierba y viento en la cara, la conocí muy pequeña. Ella estudiaba periodismo y yo era la hermanita de su compañera de colegio. Siempre fuimos afines. A mi padre, Héctor Mujica, le encantaba como escribía Mónica y le decía que no parara de hacerlo. Todos en casa y su entorno sabíamos que ella seguiría, porque el contar historias está en su ADN.
Des conocidas la escribió a partir de los textos desarrollados para un máster de Formación Permanente en Artes y Profesiones Artísticas, que cursó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Durante la experiencia académica elaboró todas las piezas teatrales, ejercicios para teatro y performances con el sentimiento del emigrante como foco de sus historias.
“Un día Luis (Fernández) me propuso trabajar en la migración. Fui armando un guion experimental e íntimo con el que he hecho un verdadero lanzamiento al vacío. Yo soy muy estructurada en todos mis trabajos y esto no partía de una estructura fija. Luis hizo esta maravilla, no lo parece, pero ha sido realizada toda con celulares. Des conocidas es como una película, experiencia, obra teatral y bueno, aquí vamos”.
Me dice Mónica que nunca pensó trabajar de esta manera, con la tecnología, aunado al hecho de emigrar y a la audacia de Luis y Mimí, que están en búsqueda constante de creación. Juntos dieron paso a esta obra que, sin duda, va a marcar un antes y un después en su vida.
Un día Luis (Fernández) me propuso trabajar en la migración. Fui armando un guion experimental e íntimo con el que he hecho un verdadero lanzamiento al vacío. Yo soy muy estructurada en todos mis trabajos y esto no partía de una estructura fija. Luis hizo esta maravilla
Mónica Montañés
“El destino de un hombre es su carácter, eso lo hablo mucho con mis hijos. Están los que creen que uno es una página en blanco y otros que vienen con un destino clavado. Mi hijo estudia filosofía y eso lo hablamos mucho. Uno viene con una información, con un fin determinado, yo soy muy mi padre. De él saqué la estructura y de mi madre la locura creativa, va más allá de la convivencia”.
Relata que los ensayos los realizaron por Zoom. “Una suerte de hipercontemporaneidad, con una actriz en Los Ángeles, otra en Santiago de Chile. Luis grabó los ensayos por una sugerencia mía. Lo de Verónica (Oddó) es increíble, emigrante por tercera vez, varias generaciones. Yo siempre digo ‘cada cierto tiempo estalla una guerra y nosotras nos anotamos del lado perdedor’. Así se fue integrando la experiencia de la propia Verónica como inmigrante en Chile, con el tema de Allende y aquella migración a Venezuela y el posterior retorno, y el personaje de esa tercera generación que es la joven, que realmente fue creciendo gracias al trabajo que hizo Luis con Nina (Rancel)”.
El éxito
Por si existía alguna duda del carácter autobiográfico de Des conocidas, Mónica marca la pauta de las consecuencias de su viaje creativo en su familia.
“Para mi familia la experiencia ha sido muy fuerte. Es íntimo y personal. Trabajé en el máster como si yo misma fuera una arcilla. El personaje que construyó Verónica es exacta a mi mamá. Mimí siempre hace de mí, pero en esta ocasión no va de bonita, sino de una mujer que está pasando por un momento complicadísimo. Para mis hijos es entre mágico y muy potente porque puede ver la relación de mi madre y yo”.
Mónica, en cada presentación en la que puede participar como espectadora-escritora, recoge las sensaciones que su obra deja en el público. De ello destaca ese momento en que se encienden las luces nuevamente. “El after show es impresionante”.
“Se identifican como si fuera un espejo. Esa familia inmigrante hacinada, en un lugar pequeñito con las cajas sin abrir, pues cuando terminas de abrirlas, significa que ya te quedaste. Ese coñazo que significa vender la casa o no, esa duda que te corroe hasta resolverla. Ver como cada quien elabora su propio relato de Des conocidas”.
Para mi familia la experiencia ha sido muy fuerte. Es íntimo y personal. Trabajé en el máster como si yo misma fuera una arcilla. El personaje que construyó Verónica es exacta a mi mamá. Mimí siempre hace de mí, pero en esta ocasión no va de bonita
Mónica Montañés
Para finalizar habla de sus proyectos actuales. “Ahora mismo, trabajo en varios proyectos en paralelo. Terminé un libro que mezcla una historia de ficción con mi propia historia, y todo lo que esa historia que se me ocurrió produce en mí. Ese libro me hace plantearme una pregunta importante a la cual no le consigo respuesta, me hace investigar, lo cual es nuevo para mí, yo escribo como voy sintiendo. Esto también es algo nuevo. La emigración me ha regalado la posibilidad de abrazar la vulnerabilidad y lanzarme al vacío, sin estructura y sin plano. Mi mamá tiene demencia senil. La senilidad es una metáfora de la emigración. Yo lo veo como un regalo. La emigración es un ejercicio de humildad enorme, pues ahora yo no tengo miedo a escribir sin saber lo que va a pasar. En el teatro y la televisión esa es una preocupación insistente. Para mí el miedo es algo que paraliza, yo lo he vencido entendiéndolo”
—¿Qué es el éxito?
—La felicidad yo la pongo en otro lado, hay un sitio que se llama El Madrazo, en calle Los Madrazos, lo atiende una familia de tres, hace un café increíble y un plato único cada día, siempre está llena, de los clientes de toda la vida. Para mí eso es el éxito. Eso es para mí el éxito, ellos hacen lo que aman, el orgullo con el que atienden a sus clientes es la felicidad.
—¿Cómo titulas tu vida?
—Vale la pena.