El técnico electoral resaltó la disposición y el esfuerzo de la sociedad civil para recopilar y resguardar las actas que, al ser totalizadas, digitalizadas y tabuladas, reflejaron el deseo de cambio político de los venezolanos. Además, explicó los elementos que certifican la veracidad de los documentos publicados por la oposición y recordó que las autoridades comiciales omitieron tres auditorías postelectorales
Las actas de los comicios del 28 de julio están viajando por América para mostrar, con resultados detallados y verificados, que Edmundo González Urrutia ganó las elecciones presidenciales. No son las copias, son las originales. El miembro del equipo técnico del Comando Con Venezuela, Gustavo Silva, ha sido uno de los encargados de exponer y explicar al mundo los resultados que el Consejo Nacional Electoral (CNE) no ha publicado a tres meses de la votación.
Entre el 2 y 22 de octubre, los documentos fueron presentados en Bogotá y Washington ante el Congreso de Colombia y la Organización de Estados Americanos (OEA). Según el experto, uno de los puntos importantes de exponer las actas fue demostrar la transversalidad y el carácter plebiscitario de la elección, ya que la oposición obtuvo más del 50% de los votos en los 23 estados del país y el Distrito Capital.
«Hay personas que dicen que Venezuela está en medio de la polarización. Lo que demuestran los resultados es que ya no hay un país polarizado en dos partes iguales», aseguró Silva al ser entrevistado por el director de El Pitazo, César Batiz. El 67 % de los votos de González Urrutia significó una victoria con más del doble de los votos que obtuvo el candidato oficialista Nicolás Maduro, el 30 %.
Fue un país completo el que decidió cambiar
Gustavo Silva, técnico electoral del Comando Con Venezuela
La vocación de los ciudadanos fue el elemento de mayor peso en la jornada del 28 de julio. Hubo una disposición de los venezolanos para ser voluntarios, apoyar con alimentos y bebidas a los testigos y colaboradores, además de ser parte de la defensa del voto hasta altas horas de la noche. Esta participación ciudadana hizo que el alcance de la oposición abarcara bastiones oficialistas que en otros procesos le había costado, como ocurrió en Maracay, estado Aragua, o en la misma Caracas.
«En el centro donde votó el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, un entorno donde seguramente deben vivir muchos militares, ganó la oposición. También se demostró con las actas de centros de votación en Santa Mónica y Cumbres de Curumo, cercanos al Fuerte Tiuna, donde históricamente votan muchos oficiales castrenses», detalló el especialista.
Demostrar la realidad
Presentar el informe en el seno de la OEA el pasado 15 de octubre tuvo un objetivo: reivindicar el compromiso de Venezuela de cumplir el artículo 1 de la Carta Democrática Interamericana. Esta disposición le confiere el derecho a la democracia a todos los países de América y le indica a sus gobernantes que deben respetarla y defenderla. El voto es un elemento representativo de este sistema de gobierno.
«También tiene que ver con hacer valer el artículo 5 de la Constitución venezolana, que dice que la soberanía reside en el pueblo y es quien la ejerce indirectamente a través del sufragio, del voto», recalcó Silva. Bajo estos argumentos, le hizo un llamado a los países americanos que aún le exigen al CNE publicar los resultados a apegarse a las disposiciones mencionadas anteriormente.
Los boletines anunciados por el presidente del CNE, Elvis Amoroso, entre el 28 de julio y el 2 de agosto distan de los datos publicados en el sitio web Resultadosconvzla.com. Según el ente electoral, Maduro obtuvo 51,95 % y Edmundo González 43,18 %. Estos porcentajes, luego de un trimestre, no han sido detallados por estado, municipio, centro y mesa de votación.
En contraste con el CNE, cuyos boletines reflejan una aparente polarización, Silva explicó cuatro elementos que certifican la veracidad de las actas presentadas a la OEA: el código hash, el papel químico y de seguridad, las firmas de los miembros de mesa y el código QR. Esto se denominó en el informe como «la anatomía del acta».
«La anatomía del acta contiene cada uno de los pasos y comprobantes de seguridad del documento», Gustavo Silva, técnico electoral del Comando Con Venezuela
Para saber quién imprimió el acta de votación hay que recurrir al código hash. Ese es el primer elemento de comprobación porque certifica la máquina que generó el documento. El código también está incorporado en las papeletas de resguardo que algunos partidarios del Gobierno venezolano han publicado en las redes sociales.
Como segundo mecanismo está el papel químico y de seguridad. Detrás de las actas hay una serie de membretes azules del CNE. La elección del color la hace el ente electoral, que lo cambia por cada comicio que organiza. «Hay elecciones en las que han sido grises, en otras verdes y en esta oportunidad decidió este tono de azul», especificó el técnico.
El tercer comprobante es la firma de los miembros de mesa, quienes escriben sobre una pantalla digital que permite estampar su rúbrica. Si bien cada acta puede ser firmada por el presidente de la mesa, el secretario, el miembro de la mesa, los testigos A y B, y el operador de máquina, puede faltar alguna. La ley electoral establece que la ausencia de una firma no anula el acta.
Por último, está el código QR. Este módulo contiene los resultados tarjeta por tarjeta, impresos en orden y un segundo código hash que Silva definió como un «candado de seguridad» para respaldar los datos. La importancia de la herramienta es que facilita la difusión de los datos a través de los teléfonos inteligentes y garantiza el almacenamiento de los votos.
El código hash es la huella digital del acta que se construye con el código QR y este con los resultados que hubo en la mesa
Gustavo Silva, técnico electoral del Comando Con Venezuela
Para disipar dudas, el Comando Con Venezuela añadió las actas de verificación ciudadana en su informe. Estos documentos tienen las mismas firmas y los números exactos que un acta de escrutinio impresa por una máquina del CNE. Tras repasar los elementos, el especialista concluyó que las autoridades electorales no han mostrado las actas porque, de haber impreso otros documentos que justificaran sus resultados, no coincidirían los códigos hash del encabezado y la parte inferior.
—¿Faltó algo en la presentación de los resultados a la OEA que pudiera dejar alguna duda?
—Todos los elementos son de dominio público. Incluso, una de las cosas que más reconocieron en cuanto al nivel técnico electoral, es el nivel de transparencia que mostró el comando y la posibilidad del open data. Cuando entras a ‘ganovzla.info’ o ‘ResultadosconVzla.com’ hay un Excel descargable con los resultados mesa a mesa, un ejercicio de transparencia único que no había existido previamente en el país.
A tres meses de las elecciones, el CNE sigue esforzándose por no ser transparente. Aparte de omitir las auditorías de telecomunicaciones, verificación de Fase II y de los datos electorales de Fase II, su sitio web permanece caído desde el 28 de julio por un presunto hackeo denunciado por sus autoridades. El sistema electoral no navega a través del internet, sino que es una transmisión privada desde las máquinas hasta el centro de totalización de datos, por eso no puede ser hackeado.
Artimañas y fraudes electorales
La variedad de estrategias que ha ejecutado el CNE para alterar los procesos del sistema electoral se pueden observar en la mayoría de las elecciones que se han llevado a cabo en Venezuela hace más de una década. Todas tienen irregularidades diferentes que beneficiaron a la misma organización política: el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Una elección llena de desventajas electorales para la oposición fueron las presidenciales del 2013. La ventaja que el oficialismo logró por el cierre tardío de los centros de votación derivó de la usurpación del voto, por medio del «voto puyado», y la expulsión violenta de testigos opositores.
Silva afirmó que la alteración del sufragio se dio en las mesas. Los partidarios del oficialismo, con otras huellas dactilares, activaron las máquinas de votación y votaron por las personas que, según los cuadernos, no habían votado todavía.
La usurpación del voto te cambia un resultado porque no es el voto directo, universal y personal. Una persona puede votar cinco veces por otro elector
Gustavo Silva, técnico electoral del Comando Con Venezuela
Cuatro años más tarde las artimañas se convirtieron en un fraude porque fue la primera vez que se demostró la modificación de los resultados reflejados en las actas. En el 2017 hubo dos elecciones: la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y los comicios regionales y municipales. En esta última el gobierno de Maduro repitió lo hecho en el 2013 y añadió otro método.
«En la elección del gobernador de Bolívar, con Andrés Velásquez, mostramos que 21 actas fueron modificadas. El oficialismo puso documentos hechos a mano y no los impresos por las máquinas. Las actas son muy difíciles de modificar, pero nos dijeron que ‘la elección cambió y pasó a manual’. Al final decidieron engavetar el caso y no pasó nada», recordó el especialista.
En el caso de la ANC, fue la propia empresa a cargo del sistema de votación, Smartmatic, quien denunció el fraude por dos millones de votos. «A eso había que sumarle el voto ‘puyado’ y la falsa identidad de los electores», añadió Silva. Esto derivó en el quiebre de la relación entre el oficialismo y la multinacional especializada en el voto electrónico.
Como funcionó una primera vez, el oficialismo intentó repetir el fraude hecho en Bolívar para el estado Barinas. No obstante, había un nuevo elemento en las actas electorales: el código QR. Pese a las excusas que el Plan República presentó para transportarlas, el ejercicio de defensa del voto de los ciudadanos funcionó para recuperar los documentos y tener los códigos.
«Al final no se totalizaron porque salió una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) diciendo que Freddy Superlano estaba inhabilitado e hizo que no tuviese valor la elección que había ocurrido», recordó el técnico sobre el político venezolano que fue detenido arbitrariamente el 30 de julio de este año.
Al comparar los casos de 2017, 2021 y 2024 se evidencian las irregularidades. En el primero, un testigo del municipio Caroní del estado Bolívar notó que el resultado publicado en el sitio web del ente electoral no coincidía con las actas. En el segundo, los resultados de las mesas del municipio Arismendi de Barinas no fueron publicadas por el órgano comicial. «En esta oportunidad la página del CNE ni siquiera existe», sentenció Silva sobre la situación postelectoral actual.
Incertidumbre y represión
El Gobierno venezolano ha intentado pasar rápido la página del 28 de julio. A un mes de los comicios presidenciales, Maduro ya estaba hablando de unas «megaelecciones» cuando se refirió a las elecciones regionales y municipales pautadas para 2025. Sin embargo, las autoridades electorales apenas han aparecido tras la proclamación del mandatario.
Luego de dos meses sin ser visto, entre el 5 de agosto y el 15 de octubre, Amoroso reapareció en un acto militar junto a Maduro. Dos días después, la Asamblea Nacional destituyó a Juan Carlos Delpino como rector principal y lo reemplazó con su suplente, Conrado Pérez Briceño. Este último, durante el programa ‘En Buena Hora’ del 15 de julio, había dicho que el código QR de las actas iba a garantizar la difusión de resultados antes de que lo hiciera el órgano comicial.
Ni sabemos qué CNE tenemos hoy en día para estar hablando de ese proceso
Gustavo Silva, técnico electoral del Comando Con Venezuela
En medio de la ausencia y el silencio de los representantes del CNE, la represión se agudizó en Venezuela. El especialista recordó las 24 personas que fallecieron en las manifestaciones contra la reelección anunciada. También a los testigos y colaboradores que trabajaron en la defensa del voto y hoy están entre los más de 2.000 detenidos durante el período postelectoral. Además, hay personas que se mantienen de bajo perfil, en la clandestinidad o exiliadas, ya que pueden sufrir represalias por haber ejercido y defendido su derecho en una jornada electoral.
En ese ambiente represivo, el Gobierno venezolano, desconocido por la mayoría de la comunidad internacional, quiere celebrar unas nuevas elecciones. Pese a que el sitio web del CNE no aparece en los navegadores de internet y tampoco contiene los resultados transparentes y verificados, Silva invitó a los venezolanos a acceder a ‘ganovzla.info’ o ‘Resultadosconvzla.com’ para descargar y visualizar los votos detallados de una elección que fue histórica y debe ser reivindicada.
«Estoy enfocado en aportar mi grano de arena para hacer valer lo que ocurrió el 28 de julio. Si el CNE todavía no ha cerrado ese proceso, ¿cómo piensa abrir otro? Ni siquiera tiene la capacidad para hacerlo», concluyó.