Auri es la niña falconiana que ganó el primer lugar del concurso Hagamos la tarea juntos, categoría historieta, con la obra titulada Mí día a día. Es la mayor de dos hermanos y espera convertirse en una creadora de contenido para cine, específicamente para el estudio cinematográfico de dibujos animados Pixar
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Auriesther Caguao Vargas, con 15 años recién cumplidos en el mes de enero, no recuerda cuántos personajes ha creado desde que tenía 9 años. En esa época comenzó a forjar su meta de convertirse en creadora para el estudio cinematográfico Pixar, filial de Walt Disney Company.
Auri, como le dicen su familia y amigos, es una niña centrada, segura de lo que quiere ser y enfocada a diario en lograr sus sueños. Tiene una imaginación tan grande como la sonrisa que muestra cuando posa para las fotografías junto a los innumerables personajes que nacieron en sus pensamientos.
La joven ganó el concurso Hagamos la tarea juntos, promovido por El Pitazo y UNICEF, con la historieta Mí día a día, que hizo en dos días porque se había confundido con la fecha de entrega. Auri recuerda que supo del concurso gracias a su profesora de química, que la incentivó a participar porque la docente conoce el talento que tiene la niña para contar historias y dibujar.
Busquen una motivación, algo que les gustey aprendan a hacerlo
Auriesther Caguao
Una santamaría azul sirve de puerta para el hogar de la familia Caguao Vargas, en pleno centro de Punto Fijo. Antes, en este lugar funcionó una litografía, propiedad de la familia materna de Auri, de quien, según sus padres –Alfredo Caguao, profesor de física de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda, e Ismar Vargas, administradora–, viene la vena artística de la hija.
“Quise participar porque es algo que me gusta mucho, que hago todos los días y que disfruto. He ido aprendiendo a través de tutoriales que veo en el teléfono, en YouTube, con el internet de la línea [datos móviles] porque no tenemos wifi. Después las ideas fluyen solas. Para concursar solo plasmé mi día a día, lo que hago y cómo he vivido la pandemia”, dice sin titubear.
Su ilusión es estudiar dibujo y que sus historietas lleguen a Pixar. “Es un sueño por el que trabajo a diario”. Luego repite su lema, en complicidad y al unísono con su hermano Juan, de apenas nueve años: “Lo que no se hace con las manos, no es arte”.
Dedicó el galardón a su familia, principalmente a sus padres, quienes la han acompañado en este trajinar desde que era muy pequeña. A los nueve años ella misma se definió por las caricaturas y las historietas.
Auri reconoce que la cuarentena por la pandemia la usó para crear y dibujar. Sirvió para que su imaginación volara aún más y así poder darle entrada a sus personajes. “Espero que mi historia llegue a las personas que se sienten atrapadas por el encierro de la pandemia, para que dejen de sentirse así y recuerden que siempre hay algo en qué invertir el tiempo”, declara con la esperanza de que el consejo sea escuchado.
También les envía un mensaje a los niños: “A quienes no han logrado lo que quieren, les puedo decir que busquen una motivación, algo que les guste y que aprendan a hacerlo”.
Aunque los padres de Auri han tenido meses difíciles en el aspecto económico –el principal sustento es un salario de docente universitario–, a ella no le ha faltado una hoja o unos colores para desarrollar las habilidades. Sin embargo, esperan poder pagar cursos y la universidad para que su creativa niña pueda hacer el contenido cinematográfico con el que sueña.