La sociedad venezolana se encuentra en este momento en un punto crucial debido a las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio. De acuerdo con Antonio de La Cruz, director ejecutivo del think tank Inter American Trends y experto en gobernanza y Estado de derecho, el soberano ya decidió por quién votar y la mayoría de las encuestas así lo revelan; sin embargo, surge la duda de si se respetará la voluntad popular. El oficialismo se enfrenta a dos escenarios: aceptar la victoria electoral de la oposición o insistir en un triunfo que no parece encontrar reflejo en las calles. Mientras tanto, el Gobierno venezolano dialoga nuevamente con Estados Unidos, hecho que no deja de sorprender porque se produce a muy pocos días del proceso electoral

Por: César Batiz Redacción: Sarita Chávez

Del discurso del analista de tendencias Antonio de La Cruz puede deducirse que hay cinco claves de bóveda que llevaron a Venezuela al momento crucial que hoy se vive: el acuerdo de Catar, el acuerdo de Barbados, la elección Primaria, el liderazgo de María Corina Machado y la decisión del soberano de cambiar de rumbo político y, como consecuencia, de gobierno.

Durante las negociaciones de Catar, que comenzaron en mayo de 2023, se acordó no solo la liberación de Alex Saab y prisioneros norteamericanos, sino el despeje del camino hacia unas “elecciones competitivas” en 2024. Allí decidieron, resultado de muchas reuniones del Gobierno venezolano y funcionarios estadounidenses en Doha, la capital de Catar, reunirse en Barbados, donde sí estuvieron presentes las fuerzas democráticas y se logró firmar un acuerdo.

Si bien la oposición ha denunciado en innumerables oportunidades la violación de muchos de los puntos asentados en el acuerdo de Barbados, también es cierto que los líderes opositores lograron abrir una pesada compuerta y llegar hasta la elección Primaria, punto de partida para la consolidación del liderazgo de María Corina Machado. 


Si lo vemos desde la perspectiva de lo que él generalmente ha hecho con los diálogos, podemos pensar que quiere ganar tiempo. ¿Pero ganar tiempo para qué?, ¿para que la elección no ocurra el 28 de julio, cuando ya arrancó la campaña electoral oficialmente?

Antonio de La Cruz, analista de tendencias

“La elección Primaria para escoger al candidato de las fuerzas democráticas estaba ‘en pico de zamuro’ —destaca Antonio de La Cruz—. Sin embargo, se logró en Barbados que se permitiese este evento electoral porque la información que manejaba el gobierno de Maduro era que el proceso para su realización estaba muy desorganizado y que no se iban a lograr los resultados esperados. Pero lo que sucedió sorprendió a todos. Y eso fue lo que llevó a que el gobierno de Maduro se negara a aceptar la candidatura de María Corina Machado. Si hay algo que quedó claro del proceso de la Primaria fue que Machado era la líder de la oposición y tenía un liderazgo en el país por todo su recorrido”.

Después de la Primaria y luego de los sucesivos episodios de las inhabilitaciones políticas, ha surgido una verdad del tamaño de un gran templo: a juzgar por las encuestas serias y creíbles, el nombre del próximo presidente de Venezuela sobresale entre el ramaje de nuestro particular contexto venezolano. Pero si además ese nombre lo lanza, con toda la seriedad que se requiere, un analista como Antonio de La Cruz, entonces puede preverse que un nuevo destino político está intentando asomarse en esta Tierra de Gracia.

Gustavo Petro propone un acuerdo nacional en Venezuela de cara a la elección presidencial

De La Cruz es director ejecutivo del think tank Inter American Trends, que busca soluciones económicas y financieras para empresas, gobiernos y organismos multilaterales, y es experto en gobernanza y Estado de derecho. Además es conocido por sus análisis políticos y económicos en artículos y en entrevistas periodísticas que le hacen diversos medios hispanoamericanos.

De acuerdo con sus palabras, no hay posibilidad de que Nicolás Maduro gane las elecciones del 28 de julio. Hace pocos días, durante una entrevista con un medio colombiano, De La Cruz adelantó una frase que bien puede ser el resumen de la crispación en el oficialismo:  

—Los elementos en la sala situacional de Miraflores indican que ellos no tienen cómo ganar un proceso electoral en Venezuela. 

Al ser esta la realidad, cualquier ciudadano puede preguntarse qué hay detrás de ese “nuevo” diálogo entre la Casa Blanca y Miraflores, anunciado por Nicolás Maduro esta semana. La respuesta la busca el director de El Pitazo, César Batiz, cuando comienza su ronda de preguntas para Antonio de La Cruz durante una entrevista en vivo realizada el jueves 4 de julio.


—Diosdado Cabello dijo que el Gobierno de Estados Unidos dialoga con el gobierno de Maduro porque sabe quién va a ganar. Sin embargo, algunos líderes de la oposición interpretan que Maduro está “pidiendo cacao”, aunque no lo dicen abiertamente. Según tu opinión, ¿el anuncio de Maduro es una muestra de debilidad o fortaleza?  

—Si lo vemos desde la perspectiva de lo que él generalmente ha hecho con los diálogos, podemos pensar que quiere ganar tiempo. ¿Pero ganar tiempo para qué?, ¿para que la elección no ocurra el 28 de julio, cuando ya arrancó la campaña electoral oficialmente? No parece que esta sea la intención, a menos que tuviera un as bajo la manga.

Esa carta bajo la manga —explica De La Cruz— significa que Maduro diría que no hay elecciones porque no se llegó a ningún acuerdo. Si este fuera el caso, el gobernante habría solicitado previamente la eliminación de las sanciones, que siempre lo ha pedido, y que los juicios que tienen pendientes hoy con la justicia estadounidense dejen de ser una amenaza y así poder realizar un proceso electoral justo y competitivo.

Según el analista político, si Maduro usa esas dos peticiones como un disparador a última hora para anular la elección, esto le traería más ilegitimidad de la que tiene hoy. “No tendría la misma legitimidad de origen si pospone la elección”. El entrevistado no pasa por alto que esta hipotética decisión le ocasionaría problemas con los mandatarios de Brasil y Colombia, Lula da Silva y Gustavo Petro, sus vecinos aliados, “quienes también han solicitado que la solución a la crisis política en Venezuela sea a través del camino electoral”.  

De La Cruz descarta ese escenario: Estados Unidos no se prestaría para eso, “porque en este momento todo está diseñado para que esa elección ocurra el 28 de julio”.

El especialista sigue en la ruta de despejar la incógnita de por qué Nicolás Maduro dialoga actualmente con Estados Unidos:

—Si lo vemos en ese contexto, es una jugada para buscar cómo tener una solución ante un escenario de derrota que hoy indican las encuestas.


La mayor participación al evento del simulacro fue de empleados públicos y de aquellos que reciben beneficios de los programas sociales. Entonces, con estos datos podemos leer que ni siquiera con la amenaza de perder el trabajo, la bolsa de alimento y los beneficios asociados a los bonos se logró el objetivo del voto a favor

Antonio de La Cruz, analista de tendencias

Encuestas y concentraciones: senderos que no se bifurcan

Antonio de La Cruz les presta mucha atención a las preguntas. Luego, en su turno para hablar, elabora su análisis y posterior pronóstico. Quizás su inspiración le viene de lejos, de alguna Sibila oficiante en Delfos, pero es indudable que la experticia que tiene en el particular y caótico contexto venezolano le permite prever unos resultados. Al final, inspiración y razón no son excluyentes. Indiscutiblemente, las encuestas están sobre el tapete durante su balance.

—Cuando miden la intención de votos entre Maduro y González Urrutia, la mayoría de las encuestas serias señalan brechas que van desde 30 puntos hasta 45 e incluso 50 puntos. Hay algunas que ubican al actual mandatario en 20 puntos y al candidato de la oposición en 70, que podría ser el máximo renglón del opositor.

Hay dos hechos muy importantes que ocurrieron la semana pasada —continúa De La Cruz—. Uno es la concentración con María Corina Machado en San Cristóbal, que fue descomunal y a la que le pusieron muchos obstáculos e inconvenientes para que nadie llegara. Pero allí quedó demostrado que cualquier traba que pongan será superada por la gente para cumplir con su voluntad, porque la soberanía popular quiere un cambio.

El otro hecho importante, refiere el entrevistado, es el simulacro de votación del domingo 30 de junio, al que el oficialismo acudió para probar su maquinaria del 1X10, pero no logró movilizar a toda la gente que deseaba. Además, según datos extraoficiales, el evento no le fue tan favorable a Maduro porque Edmundo González superó las cifras del oficialismo.

—Precisamente, en un artículo que escribiste decías que, según información que recabaste, Edmundo González obtuvo el 50 % de los votos en el simulacro, lo cual significaría que los funcionarios públicos, a quienes obligaron a participar, votaron en contra de Maduro.

—Sí. La mayor participación al evento del simulacro fue de empleados públicos y de aquellos que reciben beneficios de los programas sociales. Entonces, con estos datos podemos leer que ni siquiera con la amenaza de perder el trabajo, la bolsa de alimento y los beneficios asociados a los bonos se logró el objetivo del voto a favor. La gente superó eso también.

A partir de los hechos y datos expuestos, el experto en política concluye que en este momento Maduro no gana la elección del 28 de julio. “¿Qué le queda? Darle una patada a la mesa: posponer las elecciones o un megafraude, pero quién lo acompañaría en esa decisión”. 

China y Rusia, sus aliados, no parecen querer anotarse para acompañar al gobernante venezolano, considera De La Cruz. “En el caso de China, este país tiene una política de no inmiscuirse en los asuntos internos de los países”. 

En cuanto a Rusia —continúa—, hoy está metida en una guerra con Ucrania y no podría asumir ese reto de sostener a Maduro, porque si él le da una patada a la mesa, las sanciones van a volver y habrá un aislamiento mucho mayor para su gobierno que el que tuvo en 2018”.

Importante es mencionar nuevamente a Brasil, cuya delegación sostuvo ayer en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) “que esta situación se tiene que resolver según el acuerdo de Barbados, que es la hoja de ruta que permite una elección libre y justa”.

—¿Quién propició estas conversaciones y qué puede estar buscando Maduro en este diálogo con Estados Unidos si se sabe perdido, si las encuestas indican que el candidato Edmundo González lo aventaja significativamente, si sus aliados no están en las mejores condiciones o no quieren apoyarlo, y, por lo tanto, no es fácil que con un megafraude se mantenga en el poder y obtenga la legitimidad necesaria para poder acceder a los fondos internacionales? ¿Qué busca Maduro? ¿Una salida, un puente de plata, un país a donde irse?

—Asumamos que tanto Casa Blanca como Miraflores mantienen un canal de comunicación. Lo que oficializa Maduro es abrir los canales públicamente, porque haciéndolo él busca colocar las condiciones de negociación. En uno de sus tuits, Héctor Rodríguez, gobernador de Miranda y quien forma parte de la delegación negociadora, dijo que el primer acercamiento, que se hizo de manera virtual, fue para crear confianza, que es un juicio de valor. Esta se sustenta en la credibilidad y en la competencia. 

Por qué hablar de confianza en este momento, pregunta De La Cruz. El mismo entrevistado lanza la respuesta: “Porque la confianza está destruida actualmente”. En un proceso anterior —recuerda—, el gobierno de Maduro se había comprometido a que se diera el mecanismo para que María Corina Machado participara en el proceso electoral, por lo cual logran la joya de la corona como intercambio, es decir, a Álex Saab.

No fue un acuerdo firmado, pero se había creado la confianza. Estados Unidos venía cumpliendo con sus promesas: la entrega de los sobrinos de Cilia Flores, la licencia para que Chevron operara en Venezuela… Pero Maduro no cumplió con su palabra y rompió la confianza que habían depositado en él. “Estados Unidos le recuerda que cumpla con su palabra en relación con la hoja de ruta establecida en Barbados”.

—Pese al recordatorio de Estados Unidos sobre Barbados —sostiene el especialista—, el Gobierno venezolano se remite al acuerdo de Catar porque le interesa que le retiren todas las sanciones y el “precio de la cabeza”. Tengo la información de que cada vez que se sentaron a negociar, Jorge Rodríguez indicaba que la solicitud de Maduro era que se retiraran los juicios, que son básicamente por narcoterrorismo.

“Mi hipótesis es que el Gobierno venezolano, teniendo el escenario electoral de una derrota, está pensando que este es el momento de obtener del Gobierno estadounidense, a cambio de una salida, lo que está pendiente: eliminación de sanciones y juicios. A Maduro sí le preocupa su seguridad en caso de una derrota electoral, porque teme que si tiene juicios abiertos pueda ser capturado cuando salga al exterior y enviado a los Estados Unidos”, precisa De La Cruz.

Llegados a este momento, a solo días de la elección presidencial, surge la interrogante de qué tiene Maduro para negociar “y lograr que se les suspenda el juicio a aquellos que tienen precio en la cabeza, para decirle a los Estados Unidos que sí es posible”. 

“Con Álex Saab hubo una condición extraordinaria en términos de ley —sostiene el experto—. Para buscar la forma de darle el perdón presidencial, el Gobierno estadounidense tuvo que consultar a abogados constitucionalistas”.


Tengo la información de que cada vez que se sentaron a negociar, Jorge Rodríguez indicaba que la solicitud de Maduro era que se retiraran los juicios, que son básicamente por narcoterrorismo

Antonio de La Cruz, analista de tendencias

—¿Tú consideras que es posible que la fórmula que utilizaron con Álex Saab la utilicen con Nicolás Maduro?

—Totalmente. Creo que eso lo están explorando. Sin embargo, los Estados Unidos aprendieron que los acuerdos de palabra no funcionan con el gobierno de Maduro. No cumplieron cuando debieron quitarle la inhabilitación a María Corina Machado cuando ella acudió al Tribunal Supremo de Justicia, por ejemplo. Ahora el Gobierno estadounidense pide una prueba, “danos una prueba de amor”.   

Al final de las cuentas…


De acuerdo con el análisis que ha hecho Antonio de La Cruz, el gobierno madurista aspira a alcanzar la última gracia o exención: no tener ningún inconveniente con la justicia de los Estados Unidos. A cambio, el madurismo ofrecería que se realice el proceso electoral, que si gana Edmundo González Urrutia se acepten los resultados, que esa noche del 28 de julio se puedan dar unos resultados veraces.

—Un escenario contrario a unos resultados veraces implicaría —recalca el especialista— un fuerte aislamiento para Maduro.

Dentro de 21 días se podrá descorrer el velo y resolver el enigma: ¿se impondrá democráticamente la soberanía popular?

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