Caracas.- En Venezuela ya se ha vuelto común que comercios oferten bienes y servicios a precios dolarizados. En un país con hiperinflación, el uso de la divisa estadounidense ha servido para intentar proteger al pulverizado poder adquisitivo del venezolano. Pero los desequilibrios de la economía nacional también comienzan a manifestar sus consecuencias en este reducto y prueba de ello es el ya constatado aumento de precios marcados en dólares.
Según datos de la consultora Ecoanalítica, para finales de 2020 una persona requería 350 dólares para adquirir la misma cantidad de productos que compraba con 100 dólares en enero de 2019.
Para algunos comerciantes caraqueños, el alza de precios en divisas se debe a la crisis económica del país, que acumula siete años en recesión y tres años sometida a la hiperinflación. Mientras tanto, consumidores en la calle culpan a la “especulación de los vendedores”.
“Inflación en dólares”, coinciden ambos sectores, un término al que expertos rechazan mencionar a la hora de referirse al comportamiento de los precios dolarizados, pues involucra más elementos que solo la codicia del comerciante. El economista y director de Ecoanalítica, Pedro Palma, concuerda con esta premisa.
“Lo que hay es un proceso de sobrevaloración intensa del dólar. Digamos que el dólar es una mercancía, en los últimos años su precio se ha rezagado frente al ajuste que sufre el precio de otros bienes y servicios”, explicó Palma a El Pitazo.
LEE TAMBIÉN
CLAVES | 10 retos que enfrenta la economía venezolana en 2021
Hiperinflación más veloz que el tipo de cambio
En su último informe, el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), una oficina de análisis económico creada por la Asamblea Nacional de Juan Guaidó, reportó que en diciembre pasado el tipo de cambio apenas subió 5 %, mientras que la inflación fue de 21,2 %.
José Guerra, diputado, economista y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), señaló que estas cifran evidencian el “desacoplamiento” entre la tasa de devaluación del bolívar con respecto a la inflación. “Es decir, no hay un encarecimiento dólares, lo que ocurre es que la tasa a la cual aumentó el dólar fue más baja de lo que aumentaron los precios”, dijo.
Palma, por su parte, es más tajante y aseguró que en Venezuela es erróneo hablar de inflación en dólares. Sostuvo que lo que sucede es la presencia de un tipo de cambio que no es lo suficientemente alto como debería. Los datos del OVF apuntan que en 2020 el país cerró con una inflación acumulada de 3.713 %, mientras que el dólar apenas se incrementó cerca de 2.000 %.
“Eso se llama un atraso cambiario, es decir, el bolívar no se deprecia al ritmo de la inflación”, remarcó Guerra, quien indicó que esta es una de las razones para que los comercios suban el precio en divisas, al no ajustarse oportunamente en el mercado.
En noviembre pasado, este atraso se vio mermado por un nuevo ciclo de expansión monetaria por parte del Banco Central de Venezuela (BCV) que provocó un aumento del tipo de cambio en 104%, mientras que la inflación se ubicó en 79%. Sin embargo, la política monetaria del gobierno de Nicolás Maduro continúa apostando a operaciones cambiarias en la banca y expansión monetaria para estabilizar el dólar.
“El BCV crea los bolívares para que el sector privado compre los dólares que están ofertando ($15 millones semanales). Un mecanismo inestable porque el BCV crea los bolívares cuando expande la liquidez monetaria y los contrae cuando vende los dólares”, detalló Guerra.
De esta manera, la moneda nacional, amenazada por una tercera reconversión monetaria en puertas, rinden menos para comprar los dólares que circulan en la economía.