Los Teques.- Entre 5 y 8 dólares es el monto que cobran los denominados bachaqueros para la reventa de bombonas de gas licuado de petróleo (GLP) en Los Teques, capital del estado Miranda, lo que se ha agudizado esta semana desde que la Alcaldía de Guaicaipuro suspendió la venta en el centro de distribución de bombonas.
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José Mendoza denunció que, a través de los grupos de mensajería instantánea, los mismos trabajadores del llenadero de gas en Los Cerritos venden las bombonas.
Ernesto José Martínez, de 63 años, habitante del sector El Nacional, de la parroquia Los Teques, en el municipio Guaicaipuro, estado Miranda, manifestó haber denunciado la irregularidad ante la Policía Municipal y la Alcaldía de Guaicaipuro. “Solo me dijeron que no era de su competencia y que no podían hacer nada”, dijo.
Mientras que vecinos del edificio Páez Plaza, en la calle Guaicaipuro, indicaron que pagaron a Pdvsa Gas las bombonas, a través de los Clap, hace más de un mes y aún esperan el camión para el despacho.
El pasado fin de semana, la Alcaldía del Guaicaipuro anunció que se suspendía la venta de bombonas en el denominado Centro de Distribución Lanex, en El Rincón, por innumerables denuncias de irregularidades en la venta de los cilindros.
Las denuncias señalan que solo es posible comprarla a través de los motorizados que venden las bombonas, denominados “motogas”, que cobran como monto mínimo 5 dólares, mientras que el monto legal de venta de la bombona de 10 litros es 70.000 bolívares.
Bombonas dolarizadas en el Tuy
En los Valles del Tuy, los vecinos también denuncian que les cobran las bombonas en moneda extranjera. Los precios oscilan entre 8 y 10 dólares, de acuerdo con la zona.
Ante la necesidad, algunos residentes cancelan esos montos a los “motogas”, que son motorizados que les llevan el cilindro hasta sus casas.
Sin embargo, muy pocos habitantes de esta subregión mirandina pueden cubrir ese gasto. En sectores como Los Olivos, Pitahaya y Madosa, del municipio Cristóbal Rojas, sus habitantes apelan a la leña para cocinar, porque sus recursos económicos son limitados.
Auristela Meneses denunció que en estas comunidades tienen al menos tres meses esperando ser abastecidas; sin embargo, ninguna autoridad les da una respuesta.
Redacción de Rosanna Battistelli / Pola Del Giudice