Caracas.- El gobierno de Nicolás Maduro inició en junio de 2020 el denominado esquema 7×7 con el cual las restricciones por el COVID-19 se mantenían durante siete días y luego se flexibilizaban por otros siete días para permitir las actividades comerciales en el país. Los sectores permitidos paulatinamente se ampliaron y desde noviembre de 2021 fue levantada la medida a propósito de la temporada navideña.
Se esperaba que el esquema 7×7 se retomara en el mes de enero, tras finalizar el asueto de diciembre, pero la flexibilización se mantiene. Recientemente, y a propósito del aumento de casos de COVID-19, Maduro asomó la posibilidad de volver a este modelo pero todavía no hay decisiones al respecto.
La decisión de retomar este esquema va más allá del tema sanitario pues forma parte de una estrategia política para dar la sensación de normalidad, explicó el politólogo y director de Postgrado de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), Fernando Spiritto, quien considera que al gobierno de Maduro no le conviene en este momento volver al 7×7 debido a que la ligera recuperación que se logró con la flexibilización de la medida le permite realizar alianzas estratégicas con el sector privado.
“Ha habido un trabajo de hormiguitas, muy bajo cuerdas, entre algunos sectores del sector privado y el Gobierno de Maduro y volver al 7×7 sería una medida que no le caería muy bien al sector privado”, dijo Spiritto en declaraciones a El Pitazo
Asimismo, señaló que en las últimas semanas ha habido un repunte en la producción de gasolina, situación que si bien es coyuntural permite que las colas disminuyan por combustible y favorece el retorno a clases. “Todo esto hace que se genere cierta sensación de normalidad que el gobierno de Maduro ha utilizado hábilmente”, agregó.
El politólogo José Vicente Carrasquero coincide con esta postura y señala que Maduro está dando importancia a la necesidad de mantener un sentido de recuperación económica. “Es mucho más conveniente para él no tener que detener la economía”, dijo a El Pitazo. La menor severidad de la variante ómicron del COVID-19 puede permitirle al gobierno chavista no retomar las restricciones que, aunque sean necesarias, tienen graves consecuencias sobre la producción y el comercio, indicó el analista político.
Con respecto a marzo de 2020, la principal diferencia que observa Carrasquero es la capacidad de vacunación y de lidiar con la enfermedad. Actualmente una parte de la población está vacunada y eso otorga cierta resistencia a los efectos del ómicron, resaltó. Agregó que también hay más información y conocimientos sobre cómo manejar la enfermedad y eso hace una diferencia importante con respecto a hace un par de años.
Los riesgos de la flexibilización
Por otro lado, Spiritto explicó que desde el punto de vista político hay elementos que podrían hacer al gobierno de Maduro retomar el esquema 7×7, uno de ellos es la nueva ola de coronavirus con la llegada de la variante ómicron cuya capacidad de contagio representa un peligro para el país en materia sanitaria, pero además recuerda que este modelo funcionó como herramienta de control social.
“Lo han utilizado para tratar de calmar las perturbaciones que hay en el país. Lo que pareciera que va a pasar es que se va a levantar el esquema por las próximas semanas pero estoy seguro de que cuando la sensación de normalidad pase van a tener que retomarlo por el peligro de que el país retome las protestas y se registre otra ola de COVID-19”, indicó.
El politólogo advirtió que el gobierno de Maduro se mueve en una línea muy delgada entre una eventual catástrofe sanitaria o el riesgo de perder algunos apoyos económicos. “El peligro de una nueva ola de COVID-19 a mi juicio sobrepasa lo anterior y el gobierno tendría que poner restricciones más estrictas que este 7×7 (…) Todo dependerá del avance de la pandemia pero este gobierno es autoritario y no tiene escrúpulos para tensar la cuerda si lo cree necesario”, concluyó.