Caracas.- La vigente hiperinflación y los daños colaterales de la crisis del COVID-19 le sigue pasando factura a las mesas de los venezolanos. Para el cierre de febrero, 87,6% de los hogares caraqueños no contó con recursos suficientes para comer, según reveló este jueves 11 de marzo la Encuesta del Hambre, publicada por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) y el partido opositor Primero Justicia (PJ).
Con datos del segundo mes del año, el sondeo pone en evidencia el duro impacto que ha tenido la debacle económica del país en las condiciones alimentarias en la capital venezolana.
Al respecto, la encuesta señala que 28,4% de los hogares redujo el consumo de alimentos, 26,6% recibe remesas; 30,1% usa sus ahorros y apenas 8,6% de los entrevistados indicó que recibe el subsidio del programa oficial de alimentación Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap).
De acuerdo con datos de la ONG Ciudadanía en Acción, en 2020 el Estado solo aportó el 9% en la disposición de alimentos de los venezolanos, mientras que los Clap, un programa instalado en 2016 por el gobierno de Nicolás Maduro, apenas benefició a 38% de los hogares del país.
A los encuestados del estudio realizado vía telefónica se les preguntó qué tanto comían en comparación con diciembre del año 2020. El 65,5% respondió que consume menos alimentos, mientras que apenas 5,6% de los hogares manifestó haber aumentado el consumo de alimentos.
Otro dato que se desprende de la encuesta es que solo 43,7% de los ciudadanos realizan tres comidas al día, el resto expresó que solo come dos veces al día (44,6%) o solo una vez al día (11,7%), lo que deja a 56,3% de los caraqueños en inseguridad alimentaria, según estándares de las Naciones Unidas.
“Esto expresa un grado importante de sub-alimentación de las familias”, señaló el informe.
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En Venezuela, un total de 9,3 millones de personas, aproximadamente un tercio de la población, sufre lo que técnicamente se denomina como “inseguridad alimentaria” moderada o grave, asegura el Programa Mundial de Alimentos.
Con relación a la irrupción de los “bodegones”, como son llamadas las tiendas que venden principalmente productos importados, el 22,2% de las familias entrevistadas dijo que había comprado alguna vez en esos establecimientos, mientras que el 73,8%, no lo ha hecho.
“Ello sugiere que es una minoría la que tiene acceso a esos bodegones”, indica el texto.
Desde noviembre pasado hasta febrero de 2021, el costo de la canasta alimentaria dio un salto de 34,58%. Según cálculos del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), el pasado mes el precio de la canasta superó los 500 millones de bolívares, mientras que en divisas se ubicó en 282 dólares. De esta manera, el salario mínimo que perciben cerca de 8 millones de venezolanos (entre empleados públicos y jubilados) apenas cubre 0,47% de la cesta básica de alimentos.
El estudio consistió en consultas a 950 caraqueños del 24 al 26 de febrero de 2021 entre habitantes de 12 parroquias del municipio Libertador del Distrito Capital. Sus resultados reflejaron la profundización de la crisis alimentaria en el contexto de la pandemia por el coronavirus.