Caracas.- Recurrir a los mercaditos, hacer compras menores y economizar los gastos son soluciones a las que los hatillanos han optado para hacerle frente a la diferencia de precios que hay entre los productos fijados al dólar paralelo y el dólar oficial.
La tasa del Banco Central de Venezuela (BCV) para este 15 de octubre fue de 38,88 bolívares por dólar. Sin embargo, comerciantes y vecinos del municipio El Hatillo entrevistados por El Pitazo aseguraron que hay vendedores informales que aumentan los precios cuando no cobran sus productos en divisas.
“Compré una caja de huevos que, en divisas, me salió a 52 dólares, pero si pagaba en bolívares me salía en 62 dólares”, recordó un vendedor, quien prefirió reservar su identidad y trabaja en una frutería de la zona.
Rosana Román, cliente de la frutería, compartió que también ha tenido que pagar más en otros comercios. “En el centro de Caracas me han cobrado el dólar a 44 bolívares”, afirmó.
El pasado 14 de octubre el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) publicó una encuesta de expectativas económicas para este mes y proyectó una aceleración del tipo de cambio de 49,1 bolívares.
“No alcanza”
Cuando sale a comprar productos básicos, la necesidad de economizar es una de las principales preocupaciones de Román. Para ella es un reto asistir a un comercio que le aplica el dólar paralelo a sus precios.
“A quienes ganamos en bolívares se nos hace complicado, ya que no nos rinde, no nos alcanza el dinero”, comentó. Con su hija, asistió a la frutería cuyos precios están fijados a la tasa oficial e hizo una compra de 760 bolívares, 20 dólares al cambio.
Al ser consultada por otros comercios a los que asistió, recordó que sí le han cobrado esa diferencia de cinco dólares que reduce su capacidad de compra. “Yo no estoy de acuerdo, necesitamos economizar”, insistió.
Román dijo que los supermercados también tienen los precios fijados de acuerdo a lo que establece el BCV, pero igual se hace un poco más complicado comprar, ya que las hortalizas y otros productos “a veces salen un poquito más costosos”.
Por su parte, el vendedor de la frutería explicó cómo consigue los productos y por qué otros comercios fijan sus precios al dólar paralelo. “Los proveedores compran en pesos colombianos y eso te lo cobran”, dijo. Este mercado se abastece de frutas provenientes de Barquisimeto (Lara), La Grita y San Cristóbal (Táchira).
El cobro en moneda extranjera, las distancias y la gasolina del transporte que lleva los alimentos desde la frontera de Venezuela hasta Caracas, influyen en el precio fijado por el proveedor. Pese a eso, el comerciante cobra según la tasa oficial.
“Nadie te va a comprar en otra moneda”, aseguró y añadió que le ayuda a mantener la clientela. Además, recalcó que todos los comercios deberían cobrar de acuerdo a la tasa del BCV.
A Román este mercado le hizo “rendir bastante” el dinero que tenía para comprar y confirmó que la frutería sí tenía los precios fijados a 38,88 bolívares el dólar, “como debe ser”.
Lo poco y necesario
Marcos Bejar también asistió a la frutería ubicada en el Colegio Conopoima y que abastece al comedor de los niños que estudian allí. “Yo estoy solo, hago compras pequeñas y no me afecta tanto como sí a una familia”, afirmó sobre la diferencia de precios.
Mientras más integrantes haya en un hogar, la cantidad de comida requerida será mayor y, por lo tanto, habrá más gastos para quien sostenga a esa familia. Bejar reconoció que “le ha afectado poco”, pero sí cuestionó que se fijen precios a dólar paralelo para los productos nacionales.
“Yo he criticado mucho eso. Cuando el producto es hecho en el país, no veo por qué tienen que cobrar esa diferencia en dólares”, dijo sobre los comerciantes y proveedores.
El hatillano aún no ve tanta diferencia como sí espera que ocurra en las próximas semanas. “Está comenzando, imagino que acelerará más adelante”, opinó. De acuerdo con el registro del OVF durante 2024, la canasta básica alimentaria alcanzó su costo más alto en septiembre: 391 dólares.
Otro vecino del municipio, un octogenario que vive en La Boyera y prefirió declarar de forma anónima, aseguró que hace “compras menores” cuando un comercio informal le cobra los productos al dólar paralelo.
“Hay muchos sitios a los que uno va a comprar y le quieren imponer el paralelo. En los negocios serios no, ya que ellos están más controlados”, expresó luego de haber comprado un par de paquetes de galletas en un supermercado de la zona porque “estaban en oferta”.
Si bien los comerciantes le han argumentado que cobran un producto a más de 38,88 bolívares el dólar por causa de los proveedores, para él hay una razón más grande: la crisis económica. “Los ha llevado a eso, sus volúmenes de venta no son tan grandes como los que tienen los supermercados”, consideró.
En este sentido, Román reveló que una prima suya es comerciante y se ha visto en esa situación. Entre la crisis económica y que los proveedores “la obligan” a comprar al dólar paralelo, se ve en la necesidad de vender a un monto más elevado del que fija el BCV. “Si fuese comerciante y compro al paralelo, no podría vender al dólar oficial porque estaría perdiendo”, comentó.
Los hatillanos siguen haciendo esfuerzos para rendir el dinero y comprar lo necesario para sus hogares en un país cuyo último aumento del salario mínimo fue en marzo de 2022 y que se mantiene en 130 bolívares, casi 3,5 dólares al cambio oficial.