Caracas.- El presidente de Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), Celso Fantinel, manifestó este miércoles 2 de octubre la urgencia de un acuerdo entre los productores de maíz, la agroindustria y el Ejecutivo nacional, con el fin de fijar el precio de este rubro en un rango de entre 360 y 380 dolares.
Ante la negativa de la agroindustria de asumir ese precio, que representa un aumento de sus costos de un 45 % para las empresas productoras de harina precocida, de acuerdo con el presidente de Fedeagro, la organización propone un subsidio a estás empresas a través de exoneraciones fiscales.
«Es más fácil que ese subsidio vaya dirigido a la agroindustria que hablamos de unas 20, 30 o 40 agroindustrias, que a 15.000 o 25.000 agricultores», dijo en rueda de prensa.
Considera que una de las alternativas puede ser la exoneración de Impuesto sobre la Renta. Otra opción para Fedeagro es aplicar barreras arancelarias de primer o segundo nivel con el fin de que la materia prima importada no llegue a precios considerablemente más bajos, generando desventajas para los productores nacionales.
Como última alternativa, Fantinel plantea la posibilidad de imponer barreras fitosanitarias a la mercancía que ingresa al país, con el fin de priorizar la compra a los productores nacionales.
Hace una semana, fuentes cercanas a la agroindustria advirtieron sobre un posible aumento del precio de la harina de maíz precocida de fijarse el valor del maíz como lo esperan los productores.
Fantinel lamenta que no se haya concretado una reunión con los representantes de la agroindustria con el fin de lograr acuerdos sobre este rubro que considera prioritario para las familias venezolanas.
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Productores en riesgo
Ante la posibilidad de que no se alcance un acuerdo, y los productores no logren vender la cosecha, Celso Fantinel dijo que corren el riesgo de que la materia prima sea intervenida. La quiebra es otra de las consecuencias que puede generar para los productores mantener el precio actual, que representa pérdidas en su estructura de costos.
Indicó que el objetivo no es colocar sobre la agroindustria el costo del diferencial, sino lograr un acuerdo que permita beneficiar a los productores sin afectar el precio final de la harina de maíz precocida.
Sobre el maiz, destacó que actualmente en Venezuela se produce 60 % menos que en 2010. Fantinel lamentó que la pérdida de esas hectáreas de siembra representan más de 700 millones de dólares que para las poblaciones agrícolas generarían más de 90.000 nuevos empleos.
De igual forma, mencionó el acercamiento con el nuevo ministro de Agricultura Productiva y Tierras, Menry Fernández, quien se reunió recientemente con los productores agrícolas y un grupo de industriales, con quienes se logró una metodología para determinar el precio de la tonelada de maíz, el cual quedó entre 360 y 380 dólares, precio que, según dijo Fantinel, la agroindustria rechaza.
Importaciones por debajo del precio nacional
Fantinel señaló que la materia prima importada, que llega con menor calidad que la nacional, registra un precio menor que la venezolana. En el país, dijo que la agroindustria no quiere pagar un precio por encima de 315 dólares por tonelada, sin embargo, el mismo rubro importado tiene un precio de entre 270 y 280 dólares por tonelada.
Sobre el maíz importado, dijo que representa una competencia desleal pues en los países exportadores los productores reciben subsidio para la siembra de ese rubro.
También refirió que se trata de mercancía que puede estar guardada en silos durante dos o tres años. «No tiene la calidad que tiene nuestro maíz, que prácticamente se está cosechando desde hace 15 o 20 días el el Occidente del país y ya en Guárico, Zulia y Aragua comenzamos este lunes la cosecha», apuntó.
Indicó que la pérdida en Venezuela con las importaciones abarcan los 2,5 millones de toneladas, que se traduce en más de 350.000 hectáreas que se pudieran sembrar.