Caracas. Contar con resultados probados, modelos, sistemas, productos y servicios que han logrado éxito, constituye la principal ventaja y atractivo de las franquicias para los inversionistas.
Sin embargo, este formato de negocios no ha escapado de la crisis económica, de la caída de la demanda como consecuencia de la hiperinflación y de la fallas recurrentes de los servicios básicos que se experimentan en Venezuela.
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La Cámara Venezolana de Franquicias (Profranquicias) calcula que en los últimos dos años la actividad de este sector se redujo 64%.
Su presidente Alejando Vivas sostiene que de los 12.500 establecimientos de 575 marcas que operaban para entonces, solo cerca de 6.000 se mantienen activos, es decir, cerraron 52% de los locales.
El número de empleos directos generados por esta actividad cayó de 100.000 a 40.000.