La llegada al país del COVID-19 y las medidas adoptadas para frenar su propagación han sido causa de que este año la actividad de los gimnasios se haya contraído más de 90% en comparación con 2019, según cálculos de la Asociación Venezolana de Gimnasios y Afines que agrupa a 170 centros de entrenamiento.
El vicepresidente de esta asociación, Alberto Morantes, afirma que algunos gimnasios han optado por cerrar hasta el próximo año y que otros han tenido que hacer algunos ajustes para seguir operando.
«Otros gimnasios han empezado a reducir su tamaño vendiendo equipos, y otros también lo han hecho para poder cubrir costos de operatividad», dijo Morantes a El Pitazo.
Luego de tres meses totalmente cerrados por la cuarentena, a partir del 15 de junio los gimnasios fueron incorporados al esquema «7+7» y recibieron autorización para operar de siete a once de la mañana en las semanas de flexibilización.
«Este horario no permite la asistencia de un porcentaje mayor a los gimnasios. El porcentaje que asiste es muy mínimo y estamos pidiendo que sea ampliado el horario, que sería de siete (de la mañana) a cinco o seis de la tarde. Con eso podríamos ya prestar el servicio que todos los usuarios están requiriendo», afirmó Morantes.
El vicepresidente de la Asociación Venezolana de Gimnasios y Afines explica que durante la cuarentena radical los gimnasios han recurrido a plataformas digitales, como Zoom, para ofrecer cierto entrenamiento a distancia, pero señala que esta alternativa ha sido limitada porque no les permite a los usuarios utilizar implementos y equipos para ejercitarse y porque la mayoría de ellos requiere entrenamiento presencial.