Caracas.- Una nueva propuesta a propósito de la primaria de la oposición llamó recientemente la atención de los venezolanos y es la eliminación del Banco Central de Venezuela (BCV). El planteamiento es de Roberto Enríquez, candidato por el partido Copei ODCA, y no es tan reciente; sin embargo, en la última semana se volvió tendencia por su similitud con la del candidato de ultraderecha argentino Javier Milei.
Ya en el mes de mayo Enríquez comentaba, en un Twitter Space con El Pitazo, su programa económico liderado por el economista y catedrático de la Universidad John Hopkins, Steve Hanke. En ese momento aseguró que con este plan prevé erradicar los altos niveles de inflación en 30 días, propiciar la recuperación del poder adquisitivo y “despolitizar” la política monetaria.
Y así lo reiteró al equipo de El Pitazo en una nueva entrevista en la que destacó que este planteamiento es el eje central de su programa económico. “Tengo más de 10 años hablando de ese tema por la vinculación de nuestro equipo económico con el profesor Hanke. Es una tesis que ahorita se está escuchando mucho por el tema de Milei, pero incluso antes de que él apareciera en la palestra pública nosotros hablábamos de esa propuesta”, aclaró.
¿Qué plantea Enríquez?
El candidato explicó que el plan busca sanear la moneda como punto de partida para mejorar la economía del país. Para ello, considera necesario eliminar lo que le quita valor y, a su juicio, es el BCV o su atribución de imprimir dinero sin respaldo.
“¿Por qué decimos que vamos a eliminar la inflación en 30 días? Porque eliminando el Banco Central o quitándole la capacidad de imprimir dinero inorgánico no habrá presión inflacionaria. Al cerrar el Banco Central estás quitándole poder al factor político para decidir cuánto vale el dinero de la gente”, indicó.
Considera que los niveles de empobrecimiento de la población están relacionados con la vulnerabilidad del BCV a las presiones políticas y los niveles de discrecionalidad de este ente emisor con respecto a la política monetaria. “El problema es la institución como tal, en esa potestad de la institución es donde está el tumor que enferma a la economía venezolana y lo que planteamos es eliminarlo o quitarle esa competencia. Eso va a generar que en 30 días no haya inflación, en 6 meses se estabiliza la economía y en un año se reactiva”, promete.
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El planteamiento supone la creación de una junta monetaria sin la capacidad de imprimir dinero que podría ser designada por el Parlamento. “Es lo mismo que al Banco Central le quites la competencia para imprimir dinero sin respaldo (…) el problema no es el nombre sino el daño que hace cuando le das el poder y la discrecionalidad para decidir cuánto vale el tipo de cambio”, señaló. Considera que hay otras competencias que puede tener el banco central o la junta monetaria.
El objetivo es garantizar disciplina fiscal severa y que por cada bolívar haya un dólar, de esa forma, asegura, se fortalece el ingreso y vienen las inversiones porque habrá confianza. “Prácticamente se sincera la economía”, señaló.
Indicó que en la práctica esta medida permite mantener el símbolo del bolívar, pero quitándole potestad al gobierno de generarlos; solo se podrán crear en la medida en que entren dólares. “En la práctica es dolarizar, pero sin hacerlo oficialmente porque estás cuidando el símbolo monetario debido a que estamos en la era digital y según las cosas que puedan pasar dentro de 20, 30 o 40 años le dejas a la generación del mañana la capacidad de tomar decisiones”. La inflación en dólares sería similar a la de Estados Unidos, señaló.
Acciones complementarias
La propuesta de eliminar el BCV iría acompañada de otras acciones, como la reducción del gasto público y un rediseño de la Administración Pública. Esto implica una disminución del número de trabajadores públicos, los cuales, según comenta, migrarían a las empresas privadas en la medida en que aumente y mejore la oferta laboral en este sector. Asimismo, señala que muchos trabajadores de la economía informal también se emplearían en estas compañías y otros se formalizarán.
Entre las medidas que acompañarían este plan también destacan la disminución del Impuesto sobre la Renta (ISLR) a menos de 20 % y del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a la mitad. La banca, por su parte, podría recuperar su rol de intermediación financiera. Las inversiones prioritarias serían para la salud, educación y fondos de pensiones, y los gastos ineficientes serían reducidos.
Según el plan de Enríquez, el aparato productivo se recuperaría con inversión de venezolanos que se fueron del país, porque cerraron o los expropiaron, de corporaciones internacionales y con políticas de swap, en la que se intercambia deuda por inversión. Con los excedentes de ingresos propone crear un fondo soberano. Al financiamiento de multilaterales se recurriría después.
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¿Qué dicen los economistas?
Los economistas Daniel Lahoud y Douglas Ramírez, profesores de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y la Universidad de los Andes (ULA), respectivamente, coinciden en que una medida como la propuesta por Enríquez se puede aplicar en el país y generaría los resultados planteados por el candidato a la primaria; sin embargo, no se mostraron completamente convencidos.
Lahoud explicó que este tipo de políticas se han aplicado en otros países, como Panamá, desde hace 100 años, y Ecuador y El Salvador desde el año 2000. “El banco central se termina convirtiendo en una cámara de compensación para que los bancos puedan hacer sus transferencias entre ellas, puedan tener cuentas corrientes y, tal vez, es el caso de estos tres bancos, una unidad estadística para llevar las cuentas”, dijo.
Ramírez, por su parte, recuerda la importancia de que exista una institución física que se encargue de las cuentas nacionales y las políticas de deuda. “Es posible (la propuesta de Enríquez), pero siempre tiene que haber una institución que maneje las cuentas financieras del país”, dijo.
Por otro lado, el profesor de la UCAB señala que la junta monetaria propuesta por Enríquez constituye un acuerdo en el cual se fija la paridad del tipo de cambio, es decir, se decide el valor del dólar frente al bolívar. Explica que esa política se aplicó en Venezuela desde la creación del BCV hasta 1960. En ese momento había ingresos, las petroleras tenían la obligación de vender los dólares al BCV y este a las empresas que los solicitaran. “En ese ambiente no debería haber inflación”, apuntó.
La inflación se crea, continúa, cuando el Estado comienza a endeudar al país y a hacer gasto fiscal por encima del nivel de deuda. Además, confirmó que con la junta monetaria, al igual que con la dolarización, la inflación es la misma que la de Estados Unidos.
“La propuesta es posible. No se trata de destruir el banco central sino obligarlo a que se rija por un sistema de paridad fija. Eso a mí no me termina de convencer, yo prefiero la dolarización pura porque de esa forma el gobierno tiene menos posibilidad de generar desajustes”, agregó Lahoud.
En ese sentido, el profesor de la ULA considera necesario que previo a una medida como la que propone el candidato de Copei se evalúen cuáles son los déficits que ha financiado el BCV y cuál el saldo del ente emisor. “Hacer una limpieza”, apuntó, y posteriormente, determinar si es posible comprar la base monetaria del país para sustituirla, o adquirir una nueva deuda para comprarla. “Lo primordial es ver cuál es la situación patrimonial real del BCV y hasta el momento esa información es opaca”, dijo.
Los profesores también coinciden en que esta medida sí elimina la inflación de forma inmediata. Sobre ese aspecto, Lahoud aclaró que la inflación en dólares no existe en Venezuela, sino en Estados Unidos, y el fenómeno que ocurre en el país es “especulación pura” y se detiene al dolarizar la economía. “Los comerciantes van a aprender que no pueden subir los precios todos los días porque no hay quien invente dólares, la gente, por tanto, no tendrá la capacidad de pagarlo. Poco a poco se van a eliminar los mecanismos especulativos en la fijación de precios y se van a estabilizar”.
También considera apropiada la reducción de impuestos, del gasto público y de la deuda. “Eso ayuda a que la junta monetaria sea más permanente, porque necesita que el gobierno sea pequeño y que no gaste dinero por encima de lo que recibe”, dijo.
Con respecto al acceso al financiamiento, Ramírez considera que se puede hacer una política de shock, pero es necesario tener recursos para contrarrestar el impacto social que puede generar. “Cuando estás en política económica no solo tienes que ver el equilibrio financiero sino también el equilibrio político y el factor social, que permita la gobernabilidad”, dijo.
En ese sentido, considera necesario para el proceso de transición acudir a fuentes de financiamiento externas que permitan resolver los problemas de caja y tener programas compensatorios para los sectores más débiles. “Necesitas a alguien que te financie el proceso de transición y las inversiones en infraestructura claves que permitan crear las condiciones para la llegada de capitales privados”.