Barcelona.- ¡Compramos dólares, cambiamos en efectivo. Trae tu billete que aquí te resolvemos con la mejor tasa de cambio!.
Ya es costumbre escuchar a los vendedores informales gritar en los pasillos del mercado municipal de Puerto La Cruz y ofertar efectivo a cambio de dólares, pero allí no acaba esta cadena, pues los comerciantes también tienen variabilidad en costos de sus productos de acuerdo a la forma de pago.
Eliezer Osorio es uno de los que semanalmente acude al expendio de alimentos porteño en la búsqueda de mejores precios y explica que en el lugar se manejan costos en efectivo, dólares y puntos de venta, pero asegura que las divisas es lo que más buscan los comerciantes.
“Los que venden bolsas son los que recorren pasillos con fajas de dinero comprando dólares en montos particulares, cuando el cambio del paralelo está en cinco mil soberanos ellos ofrecen 3.900 en efectivo por cada dólar”, contó Osorio a El Pitazo.
En algunos puestos informales se pueden ver máquinas contadoras de efectivo y cajas dispuestas para el cambio de divisas, pues los mejores precios en los comercios se consiguen con pagos de Bolívares Soberanos.
Para Ana Gutiérrez, la opción ha influido en la especulación de costos desde hace dos semanas, lapso en el que los precios de alimentos se han incrementado en casi un 40%.
“Aquí todo el mundo quiere cobrar en dólares y efectivo, entonces quienes llegamos con nuestras tarjetas para pagar tenemos que enfrentarnos a precios súper elevados. Por ejemplo un kilo de pollo en divisa te salen en dos dólares, en efectivo en 6.800 y 8.500 bolívares por puntos de venta. Una locura total”, destacó la ama de casa.
Lo que también sorprende a más de un cliente es la disponibilidad de efectivo con la que cuentan los vendedores de bolsa, quienes según se rumora han creado alianzas con los dueños de locales comerciantes para vender el efectivo que éstos disponen a cambio de un porcentaje o comisión.
Los informales habían sido desalojados de las calles del mercado municipal en Puerto La Cruz hace un año, pero con la nueva modalidad de cambios, se ha abierto un abanico de oportunidades que está siendo aprovechada por muchos y ellos ha permitido la permanencia de nuevos informales que pernoctan y colapsan nuevamente las calles del principal expendio de alimentos porteño.