Caracas.- El diario estadounidense The New York Times publicó este domingo 23 de febrero un reportaje en el que reveló la presunta influencia que el magnate y dueño de Empresas Polar, Lorenzo Mendoza, habría tenido en la apertura económica que Nicolás Maduro ha intentado en los últimos dos años, luego de que ambos se reunieran en secreto en 2018 para poner fin a años de persecución estatal contra el conglomerado de alimentos.
De acuerdo con el reportaje, Mendoza habría sido presionado por su familia para hacer las paces con el gobierno de Maduro, luego de mantener una posición crítica al oficialismo desde los tiempos del expresidente Hugo Chávez, quien también dirigió fuertes ataques contra la compañía privada, a la cual, en varias ocasiones, amenazó con expropiar. Años de confiscaciones de galpones y mercancía, así como un férreo control de precios y un mercado cambiario restringido habían pasado factura a Empresas Polar, la cual, según el medio, habría estado a punto de ir a la bancarrota en 2017.
El enlace entre Maduro y Mendoza habría sido logrado a través de Tareck El Aissami, desde 2017 vicepresidente sectorial para el Área Económica y ministro para las Industrias y Producción Nacional, quien habría favorecido un encuentro del empresario con Cilia Flores, en calidad de interlocutora. Fuentes señalaron al diario que allí, de manera informal, se acordaría el pacto: Mendoza cesaría sus comentarios críticos contra el chavismo y saldría de la vida pública y, a cambio, el gobierno dejaría de perseguir a Polar y hasta realizaría algunas concesiones en materia económica.
«El gobierno dejó de obligar a Polar a entregar sus productos a precios reducidos. Hoy, el gobierno proporciona a los principales productores privados materias primas y negocia las compras de alimentos en términos de mercado, según fuentes de la industria. Las tiendas están llenas nuevamente, incluso si los productos están fuera del alcance de la mayoría de los venezolanos«, explica el texto.
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The New York Times asegura que aunque el pacto habría acabado con la imagen pública de Mendoza, quien para entonces era hasta el favorito de la población para una eventual candidatura presidencial, sus ideas habrían comenzado a ser escuchadas por El Aissami en su gestión como vicepresidente económico, aplicando muchas propuestas como el fin del rígido control cambiario, la liberación de los precios y el cese de hostilidades con el sector privado.
De este modo, señala que el chavismo ha dado un giro de 180 grados de su doctrina socialista hacia un capitalismo liberal que le permitiría reponerse de la grave crisis económica que enfrenta el país y suplir la destrucción del aparato productivo, a través de un sistema de importaciones más abierto, y también habría sido una manera de evadir las sanciones financieras emitidas por Estados Unidos.
«El improbable deshielo ha sido la piedra angular de la reciente transformación de Venezuela de un país donde el gobierno controlaba de cerca la economía y derivaba su legitimidad de los beneficios que podía ofrecer a su pueblo, a un lugar gobernado por un autócrata dispuesto a permitir el capitalismo de facto para evitar el colapso y asegurar su continuación en el poder», señala el medio.
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