La economía venezolana llegó a 2022 con cifras de crecimiento luego de 27 trimestres consecutivos de contracción, desde 2014 hasta el tercer trimestre de 2021. Las necesidades de un contexto energético mundial signado por la guerra en Ucrania, a las que se suman medidas políticas con incidencia en lo económico, como la licencia a Chevron, configuran el panorama de perspectivas para 2023

Venezuela culmina 2022 con cifras que reflejan lo que economistas resaltan es la pérdida del impulso del crecimiento que arrancó en los dos últimos trimestres de 2021, como consecuencia de las trabas del gobierno de Nicolás Maduro a la dolarización informal en el país, tras la implementación –a principios del año– del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (Igtf), entre otras medidas de impacto económico.

Además de la implementación del Igtf, un tributo que, según las autoridades, busca promover el uso del depreciado bolívar frente a las divisas y, en concreto, ante el dólar, dos hechos marcaron el panorama económico nacional y tendrán relevancia también en 2023: la guerra en Ucrania, con sus implicaciones en el mercado energético mundial, y la licencia parcial a la petrolera estadounidense Chevron en Venezuela.

La economía venezolana llegó a 2022 con cifras de crecimiento luego de que su tamaño se redujera durante 27 trimestres consecutivos, desde 2014 hasta el tercer trimestre de 2021, en un franco proceso recesivo, de acuerdo con cálculos del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).

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En el segundo trimestre de 2022, el tamaño de la economía venezolana era apenas equivalente a 21 % del que tenía en el segundo trimestre de 2012. Es en ese contexto en el que debe considerarse el nivel de crecimiento de la economía venezolana en el año que termina y las perspectivas para 2023, de acuerdo con economistas como Asdrúbal Oliveros, socio director de la firma Ecoanalítica, y Tamara Herrera, directora de Síntesis Financiera.

Inflación creciente 

2021 cerró con una inflación de 686 %, según los cálculos difundidos por el Banco Central de Venezuela (BCV). En ese apartado, para 2022 las estimaciones de Ecoanalítica ubican la variación de precios en torno a 200 % y para 2023 cercana a 100 %.

«Creemos que en 2023 no se va a cerrar con una inflación de dos dígitos, es decir, por debajo de 100 %», dijo Oliveros en el evento Prospectiva 2023-Semestre I, que organizó en diciembre el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab).

En cuanto a la inflación, el Fondo Monetario Internacional (FMI) -cuyas proyecciones el gobierno de Maduro ahora usa para referirse a su desempeño económico- estima que ese indicador llegará a 220 % al cierre de 2022 y se situará en 150 % al cierre de 2023.

«2023 se considera un año electoral y la capacidad de contención del gasto público seguirá siendo moderada», consideró Herrera al participar en un foro organizado por la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) al cierre de 2022.

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En noviembre, de acuerdo con cálculos del OVF, la variación de precios llegó a 22 %. «En lo que va de año, la inflación en bolívares es de 200 % y en divisas los precios –en promedio– han aumentado 50 %, según nuestras mediciones», añadió Oliveros.

Desaceleración económica

Las estimaciones sobre el crecimiento de la economía venezolana varían según las proyecciones de las firmas consultoras locales y los organismos internacionales. Sin embargo, hay consenso en que el registro de 2022 y lo previsto para 2023 no es suficiente ante el nivel de caída de Venezuela, cuyo Producto Interno Bruto (PIB) se redujo en más de 75 % entre 2013 y 2021, el mayor descenso para un país sin guerra en los últimos 50 años, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Al cierre de 2022, ante la Asamblea Nacional electa en 2020, la ministra de Finanzas y también vicepresidenta, Delcy Rodríguez, presentó algunas cifras sobre la economía venezolana, entre las que destacan las del crecimiento económico en el primer y segundo trimestres de 2022, que el BCV calcula en 17,04% y 18,70%, respectivamente.

Por su parte, el OVF estima que el crecimiento económico en el primer trimestre del año fue de 15,9%; en el segundo, de 14,9% y en el tercero, de 9,8%; lo que implica un ritmo en claro descenso.    

«La economía venezolana tiene el tamaño de un país que albergaba entre 12 y 15 millones de personas, cuando hablamos de uno que tiene aproximadamente 28 millones de personas. Venezuela necesita crecer mucho más y mejor de forma sostenida», advirtió Herrera a El Pitazo.

La firma Ecoanalítica, de acuerdo con Oliveros, estima un crecimiento en 2022 en torno a 9 %. «El Gobierno tiene hoy un mejor flujo de caja; sus ingresos han aumentado casi 100 % con respecto a 2021 y la recaudación de impuestos también ha crecido en 40 %».

El propio FMI proyectaba entre sus últimas estimaciones del año un crecimiento para 2022 de 6 % y para 2023 de 6,5 %.

Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que el crecimiento de Venezuela en 2022 estará cercano a 12 % y para 2023 se ubicará en 5 %.

La producción petrolera nacional, en torno a 700.000 barriles de crudo por día, aún en medio de los obstáculos financieros y operativos de Pdvsa, seguirá siendo clave para los ingresos del país en el contexto energético mundial alterado por la guerra en Ucrania.

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Los ajustes de las estimaciones del crecimiento económico en 2023 dan cuenta de esa situación global, a propósito de la licencia que otorgó el gobierno estadounidense a Chevron a mediados de noviembre, para ejecutar labores de producción en Venezuela luego de casi cuatro años de parálisis por las sanciones estadounidenses.

El efecto del reinicio de las operaciones de Chevron en campos petroleros en los que operaba la compañía estadounidense junto con Pdvsa, en las empresas mixtas Petroboscán y Petropiar (Zulia y Faja Petrolífera del Orinoco), podría representar un incremento en la producción nacional de entre 50.000 y 70.000 barriles por día, según Ecoanalítica.

«En 2023, estimamos un crecimiento desacelerado de 4,7 %, incluido el efecto de la licencia de Chevron que, en una primera etapa, podría implicar un aumento de cerca de 10 % de la producción actual de Venezuela y eso tiene efectos sobre toda la cadena de valor en el sector petrolero y lo que eso significa para la economía venezolana», explicó Oliveros. 

Alza del tipo de cambio en 2022

La política de intervenciones cambiarias del BCV, mecanismo para la contención del tipo de cambio que, según la firma Síntesis Financiera llegará a 3.500 millones de dólares en 2022, mostró su fragilidad como una estrategia sostenible en la parte final del año, cuando la tasa cambiaria no oficial se disparó y arrastró consigo la cotización del tipo de cambio oficial.

De acuerdo con la firma Síntesis Financiera, el cierre de 2022 apunta a un tipo de cambio paralelo de 20 bolívares por dólar y un rezago de al menos 10 % en la cotización cambiaria oficial. 

En ese contexto, de alza del tipo de cambio no oficial y ante las limitaciones del gobierno para satisfacer un mercado cambiario cuya demanda supera la oferta del BCV, Oliveros resaltó tres acciones que, en el corto plazo, pueden incidir en la dinámica cambiaria: derogar el Igtf, restablecer las transferencias en divisas en los bancos y reducir las comisiones de las cuentas en divisas en el sistema bancario.

«Cuando la hiperinflación arrancó, el déficit fiscal era de 25 puntos del PIB. Hoy es de apenas 7 puntos de un PIB de 60.000 millones de dólares. El problema no es que el Estado gaste, sino que no hay confianza en el bolívar», explicó Oliveros.

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