Caracas.- El sector industrial es uno de los más golpeados por la hiperinflación que sacude a la economía nacional desde noviembre de 2017. Las manufacturas que aún trabajan en el país “y que tienen poca capacidad instalada son las más afectadas, pues reciben pagos de las mercancías en bolívares y deben reponer insumos, pero pagándolos en dólares. El precio de la moneda extranjera ha sido muy volátil en los últimos días y eso hace que la adquisición de divisas se haya encarecido notablemente”.
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Así lo informó a El Pitazo, Luigi Pisella, director de la Confederación Nacional de Industriales (Conindustria), quien añadió que un empresario que tenga bolívares “y que tenía planificado adquirir cierta cantidad de productos e insumos, hace una semana, tendrá que comprar mucho menos si tiene que conseguir los dólares hoy. El precio de la divisa ha subido muchísimo en pocos días. Hay quienes han podido adquirir sólo 70 % de lo que se estimaba, lo cual reduce los inventarios de las fábricas”.
Cabe recordar que, según datos de la Asamblea Nacional (AN), la inflación de Venezuela en 2019 fue de 7.374,4 %.
El empresario añadió que el Gobierno de Nicolás Maduro continúa con la política de inyectar dinero a la economía: “Es inorgánico, no tiene respaldo y eso trae como consecuencia la devaluación del bolívar y la hiperinflación. El poder adquisitivo del venezolano está cada día más mermado, así como el capital de las empresas; estamos perdiendo recursos”.
Aclaró que “no todos los empresarios e industriales reciben dólares como forma de pago, hay muchos quienes captan bolívares”.
Explicó Pisella que las empresas nacionales no tienen posibilidad de solicitar créditos a la banca nacional “para apalancar nuestras actividades y aumentar la producción; este mecanismo se usó antes, solicitar financiamiento a la banca. Ahora ninguna entidad financiera está dando préstamos de ningún tipo, como consecuencia de la política de aumento del encaje legal que impuso el gobierno. Los industriales estamos en una situación bien compleja”.
Dijo que, de no producirse un cambio en las políticas públicas, “las perspectivas del sector industrial no serán alentadoras para 2020”.