Caracas.- Con la publicación de la Gaceta Oficial N.° 42050 con fecha del 19 de enero, el Banco Central de Venezuela (BCV) redujo el encaje legal de 93 % a 85 % para las captaciones en bolívares. Si bien la medida representa un alivio para un sector afectado por una severa restricción de liquidez bancaria, aún resulta insuficiente para levantar la economía, según opinión de economistas.
El organismo decidió rebajar ocho puntos porcentuales la reserva obligatoria de los fondos que los bancos tienen que mantener en el BCV con relación a depósitos y otras obligaciones, aunque la exigencia permanece muy por encima de los estándares internacionales, y continúa limitando el estímulo del crédito bancario. Esto significa que ahora un banco en Venezuela puede prestar tan solo el 25 % del dinero que capte en depósitos de sus clientes.
A su vez, con la entrada en vigencia de la resolución, los bancos que presenten un déficit de encaje, deberán pagar al BCV un costo financiero calculado diariamente por el propio organismo. “En efecto, cuando el costo financiero diario aplicado al déficit de encaje sea inferior a 138 % anual, las instituciones bancarias deberán pagar al Banco Central de Venezuela una tasa de interés anual de ciento treinta y ocho por ciento (138%) sobre el monto del déficit de encaje”, explica la normativa del BCV.
Otro aspecto destacado de la resolución es que se mantendrá el encaje mínimo de 31 % del monto total de las obligaciones netas para las operaciones en monedas extranjeras.
El máximo organismo bancario venezolano indicó que con esta medida espera propiciar acciones que “incidan sobre el rendimiento de la cartera de crédito” con el objetivo de “mejorar la señalización de los recursos financieros disponibles hacia el consumo y las actividades productivas”.
El 29 de enero de 2019, el Banco Central impuso una política más restrictiva de los porcentajes establecidos para el encaje legal. En su momento, el ordinario fue incrementado de 31 % a 57 %, mientras que el marginal quedó en 100 %. La decisión fue justificada como parte de un plan “antiinflacionario”, cuyo indicador desde 2017 es superior a los dos dígitos intermensuales. Sin embargo, la economía venezolana continúa en declive y encaminada a su cuarto año en hiperinflación. Para 2020, Venezuela cerró con una inflación de 3.713 %, aunque inferior a los registros de 2019, sigue estando a cabeza en todo el mundo.
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Expertos financieros coinciden en que la orden del BCV pulverizó casi por completo la capacidad crediticia de los bancos. Por ejemplo, la cartera agrícola años atrás representaba 25 % de los créditos bancarios y actualmente se ha reducido a solo 5 , lo que ha obligado a empresarios y agricultores a disponer de sus propios recursos para invertir, de acuerdo con datos de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y afines (Sviaa).
Las dificultades dentro de la banca para garantizar ingresos para su solvencia han forzado que desde abril del año pasado, el ente emisor haya ido retrocediendo en su política al llevar el encaje del 100% al 85%. En el caso de los bancos microfinancieros, la resolución del BCV prevé que aquellos que tengan un coeficiente de intermediación mínimo de 50% deberán mantener un encaje legal mínimo de 40%, vigente a partir del 1 de marzo del corriente año.
“Para el BCV-Gob llegó el momento de expandir un poco el crédito bancario. El encaje legal pasa de 93% a 85%. Pareciera ser el comienzo de una reducción progresiva. ¿Las expectativas inflacionarias dan para que dicha expansión sea más real que nominal? Difícil asegurarlo”, aseguró el analista financiero y director de la firma Econométrica, Henkel García en su cuenta de Twitter.
El economista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, opinó que aunque es “positivo” que se reduzca el encaje “más ahora en que el ‘crédito barato’ no existe”, el alcance de la nueva resolución del BCV es limitado “y dependerá del comportamiento de la tasa de cambio (y los precios) para esperar un ajuste a la baja mayor”.
Solo el año pasado el crecimiento del tipo de cambio fue de 2.000 %, mientras que el bolívar perdió más de 90% de su valor con respecto al dólar, la divisa que se ha impuesto en el país como principal medio de pago debido a la hiperinflación.