La cuarentena obligatoria que arrancó el 13 de marzo de 2020 supuso la paralización de la economía, exceptuando las actividades de centros de producción, distribución y venta de alimentos.
El freno a la actividad productiva del país, el desplome de los precios del petróleo en los mercados mundiales y la profundización de las sanciones del Gobierno de los Estados Unidos al de Nicolás Maduro fueron factores que aceleraron el deterioro de la economía venezolana.
La mezcla de estos elementos se tradujo en el repunte de la hiperinflación, lo cual fue reconocido por el Banco Central de Venezuela. El ente emisor informó que la inflación del mes de marzo fue de 13,3%, en tanto que la inflación acumulada en los primeros tres meses de 2020 fue de 124%.
Por su parte, la Asamblea Nacional publicó que la inflación de marzo fue de 21,2 % y la acumulada entre enero y marzo fue de 145, 37 %.
Analistas independientes han comentado en sus cuentas de redes sociales y en conferencias virtuales que los niveles de inflación solo reflejan los primeros días de la cuarentena y consideran que Venezuela no saldrá de la hiperinflación este 2020.
Empresas como Ecoanalítica reestimaron los niveles de inflación en 2020. De 3.000%, formulado a principios de año, pasó a 15.000% para diciembre de 2020.