Río de Janeiro, 21 nov (EFE).- El partido Brasil-Argentina de las eliminatorias del Mundial 2026 comenzó con casi media hora de retraso por una pelea registrada en la tribuna del estadio Maracaná de Río de Janeiro, antes del inicio del clásico sudamericano.
Los campeones mundiales, con Lionel Messi a la cabeza, intentaron contener el enfrentamiento entre hinchas argentinos y la policía de Río de Janeiro. Pero, ante sus esfuerzos sin frutos, prefirieron regresar a los vestuarios a la espera de una solución.
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La selección argentina regresó al campo después de ausentarse 17 minutos tras desatarse la pelea y ser reprimida por la policía.
Los incidentes comenzaron cuando los altavoces del estadio de Río de Janeiro reproducían el himno argentino y se desató una pelea entre algunos aficionados brasileños y visitantes que se extendió por varios minutos.
Jugadores de Argentina pidieron calma a los aficionados
Como la policía fue incapaz de contener los ánimos, los jugadores argentinos, que ya se posicionaban para el inicio del partido, se dirigieron en grupo hasta la tribuna sur del Maracaná para pedir calma a los aficionados.
Miembros de la delegación argentina también intervinieron luego de que algunos aficionados aparecieran sangrando al parecer por la represión policial.
Como la policía ocupó parte de las sillas destinadas a los argentinos y no permitió el regreso de los que estaban sentados en ellas, los futbolista de la Albiceleste se dirigieron a los vestuarios y dijeron que esperarían unos minutos a que la situación fuese controlada.