La Villa Olímpica reabrió este martes en Tokio para acoger a los paratletas, a una semana del inicio de los Juegos Paralímpicos y en mitad de un fuerte aumento de los contagios de COVID-19 en Japón.
«Entiendo que hay diferentes desafíos con los atletas paralímpicos en comparación con los atletas olímpicos», afirmó a los medios el director ejecutivo de Tokyo 2020, Toshiro Muto, y añadió que la organización se esforzará en evitar que los paratletas «se infecten con el virus».
La seguridad de los deportistas preocupa especialmente a los organizadores debido a las condiciones preexistentes de algunos paratletas que los sitúa como grupo de riesgo de sufrir síntomas graves de la enfermedad.
Al igual que ocurrió con los atletas olímpicos, las medidas de seguridad para evitar contagios de coronavirus en el interior de las instalaciones de la Villa Olímpica serán el uso obligatorio de la mascarilla, distancia de seguridad y pruebas PCR diarias.
Se limita al mismo tiempo la estancia de los paratletas en Tokio, que podrán ingresar en la Villa los siete días previos a su competición y deberán abandonar las instalaciones dos días después de la última prueba.
Los organizadores de Tokyo 2020 decidieron ayer celebrar la competición a puerta cerrada y sin público en las gradas, como ya se celebraron las Olimpiadas hace unas semanas, con la única excepción de permitir la entrada de escolares como parte de un programa educativo.
La presidenta del comité organizador, Seiko Hashimoto, afirmó estar «convencida» de que es posible celebrar unos Paralímpicos seguros tomando como referencia la experiencia de las Olimpiadas, según declaraciones recogidas por la agencia japonesa Kyodo.
Pero los organizadores también destacaron la falta de información sobre el número de paratletas vacunados ya que al parecer muchos de estos deportistas decidieron no vacunarse debido a sus condiciones de salud.
Un total de 4.400 atletas paralímpicos de 160 delegaciones competirán en el mayor evento para deportistas con discapacidad del 24 de agosto al 5 de septiembre, que llegan a Japón cuando este sufre su peor ola de contagios desde el inicio de la pandemia.
A pesar de que Tokio se encuentra en estado de emergencia desde el 12 de julio, el nivel de contagios de la Covid-19 desde el 23 de julio se ha triplicado en el país, con cifras nacionales por encima de los 20.000 casos diarios que han puesto al límite la capacidad hospitalaria de la capital.