Las autoridades australianas detuvieron este sábado 15 de enero al tenista serbio Novak Djokovic y lo transfirieron al mismo hotel de Melbourne donde pasó su primera detención, el Hotel Park, que sirve como centro de detención de inmigrantes a la espera de la revisión judicial de su caso que será abordado este domingo 16 y determinará su posible deportación.
«La Fuerza Australiana de Fronteras puede confirmar que el señor Djokovic fue detenido tras la cancelación de su visado», señala en un correo electrónico enviado a Efe un oficial, al precisar que las condiciones de su reclusión responden a las órdenes judiciales emitidas el viernes por la noche.
Previo a su detención, Djokovic se reunió durante varias horas y hasta pasado el mediodía de Melbourne con sus abogados para analizar la estrategia de cara a tratar de revertir la decisión adoptada la víspera por el ministro de Inmigración, Alex Hawke, que anuló por segunda vez su permiso de entrada.
El riesgo de la presencia de Djokovic
El caso sobre la entrada al país del tenista, que tiene previsto defender su corona del Abierto de Australia, coincide con un repunte de contagios en ese país vinculados a la variante ómicron. Y su presencia en Australia se ve como un problema debido a su abierta posición antivacuna.
En un documento de 258 páginas presentado ante el tribunal, el ministro de inmigración australiano denunció que la presencia de Djokovic constituye un «riesgo» y puede «conducir a un aumento del sentimiento antivacunas en la comunidad» lo que podría derivar en disturbios, como los registrados previamente en Melbourne.
«He considerado el hecho de que Djokovic es una persona no vacunada de alto perfil que ha indicado públicamente que se opone a vacunarse contra el covid-19», escribe Hawke en el documento hecho público este sábado. A pesar de ello, Hawke admitió que la presencia de Djokovic, quien según documentos médicos superó la enfermedad en diciembre, representa un riesgo «insignificante» de propagar el virus.