Sídney.- El tenista serbio Novak Djokovic abandonó Australia este domingo, 16 enero, y perdió la oportunidad de defender su título en el primer gran torneo de la temporada después de que un tribunal autorizara la cancelación de su visado y su deportación por no estar vacunado.
Luego de conocer el fallo, el número uno del mundo dijo, a través de un comunicado, estar «extremadamente decepcionado» por la cancelación de su visado y pidió un tiempo para descansar y recuperarse antes de hacer nuevos comentarios, aunque afirmó respetar la decisión de la justicia australiana.
«Me incomoda que el enfoque de las últimas semanas haya estado en mí y espero que ahora todos podamos concentrarnos en el juego y el torneo que amo. Me gustaría desear a los jugadores, oficiales del torneo, personal, voluntarios y aficionados todo lo mejor para el torneo», se lee en la misiva.
El deportista balcánico, que no está vacunado contra el COVID-19 y por ello vulnera las leyes de entrada aplicadas por el país austral contra la pandemia, partió de Australia alrededor de las 22.50 hora local en un vuelo de la aerolínea Emirates con destino a Dubái.
Djokovic llegó a la terminal del aeropuerto de Tullamarine de Melbourne con ropa oscura y mascarilla facial acompañado por su equipo técnico y se llevó aplausos y vitoreos por parte de algunos de los viajeros, según un video del Canal 10.
Decisión de un tribunal
Tres jueces del Tribunal Federal Australiano avalaron este 16 de enero por unanimidad la legalidad de la decisión del Gobierno de Australia de revocar el visado del tenista y rechazaron el recurso presentado por la defensa de Djokovic, tras una actuación procesal virtual que fue retransmitida en directo en YouTube.
El tenista fue escoltado en el aeródromo por miembros de la Policía australiana mientras esperaba el embarque, de acuerdo con las fotografías publicadas por el portal del diario The Sidney Morning Herald.
El serbio tenía previsto debutar este lunes, 17 de enero, en la pista central Rod Laver Arena, escenario que le ha visto ganar el torneo en nueve ocasiones. El deportista quería conquistar su décimo título en el Abierto de Australia y convertirse en el tenista más galardonado del mundo con 21 Grand Slams, corre el riesgo además de que se le prohíba la entrada al país durante tres años.
Ícono de los antivacunas
Precisamente, el argumento del abogado del gobierno fue que Djokovic, a quien calificó de un «ícono de los antivacunas«, tiene «una historia reciente» de haber ignorado las medidas impuestas por el COVID-19.
«Incluso cuando estaba infectado fue a una entrevista y sesión fotográfica que incluyó quitarse la mascarilla», dijo Stephen Lloyd, al referirse a la admisión de Djokovic de que acudió a una entrevista con el medio francés L’Equipe en Belgrado el 18 de diciembre sabiendo que tenía el virus.
El abogado insistió en que Djokovic podría alentar a la gente a emularlo en la violación de las medidas contra el virus. “Sus conexiones con la causa, lo quiera o no, aún están presentes y su presencia en Australia supone un riesgo abrumador«, precisó el representante del Gobierno.
El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, señaló este domingo después de la decisión judicial, que Djokovic ha sido maltratado en una «caza de brujas».
El periplo australiano de Djokovic, convertido en un circo mediático y político, comenzó el pasado 5 de enero cuando viajó a Melbourne con una exención médica por no estar vacunado, al haber estado contagiado de COVID-19 recientemente.
A su llegada las autoridades de Inmigración le cancelaron el visado y lo detuvieron hasta su liberación el pasado lunes 10 de enero por una orden judicial al considerar que no fue tratado con «equidad», aunque ayer, 15 de enero, fue detenido nuevamente a raíz de un nuevo intento del Gobierno para deportarlo, lo que sucedió esta noche.