El domingo 23 de agosto el Bayern Múnich venció al PSG (París Saint-Germain) en la Final de Champions League, lo que generó una oleada de manifestaciones y disturbios por parte de los fanáticos franceses en la ciudad de París.
Los reportes de alteración al orden público se registraron desde tempranas horas de este domingo antes del partido y se intensificaron tras conocerse el resultado final.
Ante la cita histórica en la Final de la Champions, PSG abrió las puertas de su estadio a un máximo de 5.000 personas, para medida de bioseguridad, una gran caravana de aficionados se concentró en el estadio previo al encuentro.
El cupo limitado provocó molestia en varios aficionados, que comenzaron a enfrentarse a la policía. La molestia se acrecentó tras la derrota del equipo parisino, por lo que fue necesaria la intervención con gases lacrimógenos para dispersar a los aficionados.
Por: María C Alvarado