Caracas.- El Barcelona logró el triunfo en Butarque ante el Leganés (1-2) tras un duelo donde pasó apuros y que tuvo que remontar en la segunda mitad con dos tantos gracias a jugadas con balón parado.
El encuentro se dio con los de Ernesto Valverde como líderes de la competición y los madrileños situados en último lugar de la tabla.
Javier Aguirre debutaba ante su público, y para conseguir una buena actuación ante el Barça, diseñó un plan basado en la destrucción de las líneas de pase del contrario y la apuesta por las transiciones rápidas.
Ambos factores los encarna desde hace tiempo a la perfección el centrocampista Rubén Pérez, quien lo hizo con jerarquía, creando el 1-0. La jugada nació en un robo suyo en la medular al que dio continuidad con un giro sobre sí mismo para conservar la pelota. Le cedió entonces el protagonismo a Roque Mesa, quien con un toque sutil anuló la salida mal medida de Samuel Umtiti para encontrar a Youssef En-Nesyri.
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Aún así no basta solo con eso para ganar al Barcelona. De hecho los visitantes tuvieron sus opciones en la primera parte, un cabezazo de Suárez al que respondió en excelente vuelo Cuéllar y otra acción donde el arquero se tiró a los pies del punta impidiéndole anotar. También pudieron marcar Roque Mesa y Óscar Rodríguez en el otro arco, pero se toparon con el lateral de la red.
De nuevo Messi
Conscientes los azulgranas de que debían buscar solución a un problema, salieron en el segundo tiempo con ganas de alterar el panorama. Y demostraron que a veces les basta solo con la voluntad y destellos de Messi para ganar.
El argentino mostró su versión más generosa a balón parado para dar lustre a las cabezas de Piqué y Suárez. El primero se encontró con el palo tras un córner pero el segundo no falló al rematar con comodidad una falta servida al corazón del área.
Olía pues a remontada, aunque el aroma se esfumó con un bajón de ritmo por ambas partes. Pese a ello el dominio seguía siendo barcelonista y flotaba en el ambiente la sensación de que el gol acabaría cayendo
Al final sucedió. Fue en un saque de esquina ejecutado desde la derecha del ataque que no impactó por centímetros Piqué. La pelota se paseó por delante de la línea de gol con tan mala suerte que pegó en los pies de Rubén Pérez y quedó muerta. Vidal, atento, le dio con todo casi debajo del larguero para sellar un triunfo carente de brillo pero tan vital como el que más.
Con información de EFE