Caracas.- Existen muy pocas sorpresas en el cine actual y Uncut Gems, de los hermanos Safdie, es una de ellas. Por primera vez vemos a un Adam Sandler que no es Adam Sandler. Su actuación es tal que, mientras ves la cinta, no te imaginas que es el mismo actor de Son como niños o Clic, perdiendo el control. El actor nos brinda su presentación más seria hasta ahora y demuestra tener la capacidad de interpretar papeles más allá de la comedia.
Sandler interpreta a Howard Ratner, un judío dueño de una joyería y un apostador deportivo con infinidad de deudas, cuyo matrimonio solo se mantiene (o eso parece) por el hecho de tener hijos. Todo cambia el día que recibe un pedido proveniente de África que, según él, lo hará millonario.
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El largometraje dura poco más de dos horas, pero el mismo tiene muy buen ritmo. Si bien es cierto que poco antes de llegar a la mitad la película es lenta, el segundo y el tercer actos pisa el acelerador para brindar una experiencia en la que el suspenso y la emoción copan la escena. Hace que las ganas de ir al baño o de revisar el teléfono desaparezcan, cosa que no todas las películas de dos horas en adelante, logran con satisfacción.
En cuanto al guión, escrito por los mismos hermanos Safdie y Ronald Bronstein, la historia sufre un poco con los personajes. Si bien todos tienen un comienzo justificado, a medida que avanza algunos simplemente son desechados y el espectador corre peligro de quedarse con algunas preguntas, cosa que no debería pasar. En cuanto al final, el clímax y el desenlace quedaron muy juntos y eso provoca que el cierre sea un poco drástico. Sin embargo, la película es una excelente apuesta por la historia y por Sandler, sorprendentemente.
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Uncut Gems es una auténtica y grata sorpresa de 2019 que estuvo dominado por Joaquin Phoenix y por Quentin Tarantino. Si bien la actuación de Sandler no es para competir en ningún premio, es lo bastante sólida para demostrar, si se mantiene por esta línea lejos de la comedia, que puede convertirse en un actor para tomar en serio, a pesar de haber sido doblemente ganador al peor actor del año por los Razzies. Tiene con qué golpear la mesa de Hollywood en un futuro, pero debe seguir demostrándolo con papeles como este.